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jueves, 17 de marzo de 2011

Figuras históricas: Antonio Biniez


Antonio Biniez: Back derecho. Nació el 24 de marzo de 1921 en Villa Ruiz,un pueblo cercano a San Andrés de Giles, provincia de Buenos Aires. Su familia era originara de Aragón, España. Consecuencia de la crisis económica de los años 30, la familia Biniez – que cosechaban maíz-, se trasladó desde Villa Ruiz hasta Remedios de Escalada.

Jugaba en los “potreros” de Escalada en el equipo Escalada F.C .Desde 1937 en Talleres, cuando ingresó a la sexta división como puntero derecho. Siendo parte de la cuarta división, fue probado como half derecho en un encuentro frente a Estudiantes de la Plata, continuando de ahí en adelante en esa posición. Para 1939, fue parte de la cuarta división campeona en los últimos dos partidos del certamen.

Para 1941 se le abre la chance de jugar en la primera de Talleres, que es el año de su debut en primera, el sábado 8 de noviembre y por la disputa de la fecha 30, en la derrota 3 a 1 frente a All Boys. Ante la ida del back Carlos Wilson a un equipo del interiior,la directiva albirroja –como una política que mantenía en esos años- buscó reemplazante en sus inferiores. Si bien Biniez jugaba de half, ese puesto estaba bien cubierto en la primera de Talleres, por lo que se lo puso de back, dada su estatura (1,85 mtrs). A pesar de sus características de recio según diarios y revistas de época, sólo fue expulsado en dos ocasiones: en un encuentro frente a Temperley y en un amistoso frente a El Porvenir. En su extensa carrera, convirtió sólo un gol, frente a Central Córdoba y desde mitad de cancha, al pretender rechazar. En ese mismo encuentro, pateó un penal, aduciendo su condición de capitán, y se lo atajaron.

Para 1946 tenía acordado su pase a Tigre, pero mencionó un problema de agua en la rodilla, por lo que el club de Victoria desistió de contratarlo.Fue observado por emisarios de Independiente, y su desempeño satisfizo al club de Avellaneda, que realizó una oferta por la dupla Biniez-Arrigó,pero la dirigencia albirroja pidió una suma que los directivos rojos consideraron elevada y adquirieron sólo a Arrigó.

Además de su actividad como futbolista, era propietario de un bar y cancha de bochas ubicadas en Lituania y Machado, conocido como “Mataburros”.

En 1950 jugó un encuentro como centrodelantero frente a Unión de Santa Fé (ese día un disparo suyo pegó en el palo y le convirtieron un penal), su puesto habitual en el potrero, ya que José Salomón había retornado a Talleres ya veterano, y jugaba en el puesto de Biniez, que se negaba a jugar de back izquierdo. Quedó libre en 1952, y jugó un año más en El Porvenir. Falleció de un ataque al corazón el 2 de setiembre de 1990.

En Talleres jugó 253 partidos y anotó sólo un gol. Es una de sus figuras históricas.


Agradecemos la colaboración prestada por Antonio Biniez ( hijo). Sin él, no hubieramos podido publicar esta nota. Muchas gracias Antonio



sábado, 17 de mayo de 2008

Jugadores de Talleres que fueron tapa de "El Gráfico" : Antonio Arrigó


Antonio Arrigó, fue jugador de Talleres entre 1940 y 1944.
En ese período, jugó 106 partidos. Su puesto , casi invariablemente, fué el de Back Izquierdo.
Carlos Wilson, durante 1940 y 1941, y Antonio Biniez, en 1942, 1943 y 1944, fueron sus compañeros de zaga central, hasta que pasó a Independiente, equipo en el que estuvo en 154 partidos entre 1944 y 1952.
Como siempre, agradecemos la colaboración del historiador brasileño Felipe Soutinho, que nos cedió gentilemente los artículos aparecidos en "La Cancha" y "Los Diablos Rojos".
TALLERES, RECUERDOS

"...De ese mi primer club tengo toda la emoción de mis primeros años por el fútbol. Ahí están las primeras felicitaciones que mi padre, sin expresármelas concretamente, me las hacía llegar, después de todos los partidos, cuando mezclado con otros padres seguía mi actuación. Según él, jamás me veía jugar, pero yo sabía que él estaba allí siempre. ¡Qué bueno y comprensivo fue en esos primeros años de jugador! Lo sigue siendo, pero ya más despreocupado. No vela por mi porvenir en la forma que lo hacía antes. Ahora soy todo un hombre hecho y derecho, por lo tanto debo ser yo quien cuide de mi modesto prestigio.
Cuando fui a Talleres, lo hice con todo gusto. Era ese club la continuación de mi barriada. Estaban allí los mismos amigos, los mismos afectos.
Tuve una variante. En Talleres me alisté de half. Sólo fue una temporada. Volví nuevamente a mi puesto de siempre. Back..."

LAS PRIMERAS TENTACIONES

"...Se decía por entonces que Talleres tenía la mejor defensa de todos los equipos que actuaban en la segunda división de ascenso. En realidad, habíamos logrado una mútua comprensión entre todos los muchachos, y jugábamos con tanta confianza que las performances que realizábamos nos dejaban siempre una enorme satisfacción.

Tal vez por ello que mis oídos empezaron a percibir ofertas tentadoras. Brillaba ante mis ojos todo el esplendor del porvenir que se me pintaba. No había vacilación en mi respuesta. Seguiré en Talleres, mientras este club me crea necesario. No tenía ninguna prisa por llegar a donde habían llegado otros muchachos con quienes habíamos compartido, en más de una vez, la inquietud de un horizonte más amplio. Soy de una sensibilidad extraordinaria. Me entrego íntegro. Por eso Talleres siguió siendo la continuación de los años infantiles..."

UNA LEGÍTIMA ASPIRACIÓN

- ¿Pero es que pensaba quedarse siempre en Talleres?

- Yo pensaba en estas reflexiones y, aceptando que tenía que alejarme de Talleres algún día, ¿a donde dirigiria mis pasos? Usted sabe que nosotros en la mayoría de las veces no vamos a donde deseamos, sino a donde nos empujan las circunstancias. Pero, pensando en ese fatalismo de tener de alejarme, ¿a donde iría? ¿Lo haría a donde yo soñaba...?

INDEPENDIENTE LO SOLICITA

"... Estábamos por finalizar la temporada del año anterior (1944) y una noche recibí una noticia que tenía la fuerza de una bomba. “Independiente ha hecho gestiones por tu pase” –se me dijo-. Quedé atónito. No respondí de inmediato y luego, pasados los instantes de sorpresa, inquirí: “¿Y qué dijo el club? ¿Se me daría el pase?” “Es cuestión de arreglar. Primero se te pedirá tu consentimiento, pero puedo asegurarte que Talleres, por ningún motivo, levantará obstáculos contra tu porvenir”. Cabizbajo regresé a mi casa. No comí aquella noche. Mi padre al notar la preocupación que dominaba, me llevó aparte, como para que no se enterara mi madre, pues suponía que el problema mío sería una “cosa de hombres”.

Fui parco en mis palabras. Le dije lo que se me había menifestado. Me contempló un instante y luego, paternalmente, como para darme valor, me expresó: “Vamos, muchacho, yo creí que se trataba de algo más serio, aun cuando este asunto tiene toda su gravedad. Es el umbral de tu porvenir. ¿Qué pensás hacer?”

- No sé, papá. ¡Quiero tanto a Talleres!...

- Esa es la vida, hijo mío. No todo puede resolverse en ella a puro golpe de corazón. También tendrás que alejarte algún día de nuestro lado, cuando formes tu hogar y por ello el mundo no se vendrá abajo. Esa es la realidad. Además se que tú lo quieres a Independiente y que alguna vez en tus cavilaciones has deseado jugar por ese club. ¿No es cierto?

- No es el caso por quien voy a jugar, padre. Usted sabe que ese ha sido un sueño en vida. Es por los que voy a dejar...

- Vamos, ánimo muchacho. Es tu propio porvenir que reclama esa decisión tuya y estoy seguro que los propios muchachos de Talleres te verán partir con alegría, porque envían a un club grande parte de ellos mismos. Es el destino de las instituciones chicas, y ya dirán si la suerte te acompaña: “Arrigo fue jugador de Talleres”. Ese es el único consuelo que les queda.

Ese diálogo con mi padre permanece fiel en mi memoria. No lo olvidaré nunca. Fue lo que me decidió a “enfrentar” a mis amigos para decirles: “estoy gustoso de jugar por Independiente”.
Se arregló el pase y ahora estoy en el tercer club para quien derrocho mis energías con el mismo cariño con que lo hacía en Burzaco y luego en Talleres.

SERENO Y SEGURO

Y repito, a los hombres serenos, cautelosos, dueños de sus propias posibilidades, que saben controlar sus impulsos, les está reservado el lugar prominente de los triunfadores.
Antonio Arrigo es un ejemplo viviente de este concepto. No cayó en la tentación apresurada. Supo esperar hasta que su destino, el destino que él estaba laborando, le indicara el momento oportuno para escalar la gloria. Y lo ha hecho con paso seguro sin un temor remoto al retroceso. Por eso está firme entre los cracks de nuestro fútbol.

(revista “Independiente – Los Diablos Rojos de Avellaneda” – nº 21 – 25 de octubre de 1945)
¿LLEGARÉ TAMBIÉN YO, COMO ÉL?...

En el mismo puesto y en el mismo club, Arrigo sueña con seguir la trayectoria de Salomón
Se había quedado prendado cuando vi jugar en la zaga a Salomón. El apenas si era un purrete y ya hacía escarceos en la zaga de cualquier club del barrio. Después pasaron cosas... Salomón se fue; también Máspero; y los de Talleres buscaron reemplazantes entre el piberío del club. Primero jugó en la cuarta, después en la especial y un día pegó el salto, ganó la segunda. Antonio Arrigo, en el extremo izquierdo de la zaga “tallarín” está dando que hablar, y tanto...

– ¿Lo vio jugar a Arrigo? ¿Y a Salomón? No se los pierda... Y después dígame si estuvieran juntos... ¡Qué pareja!...

Maduraron al calor en el mismo nido y ahora, a la distancia, su sangre, su estilo, su garra, demuestra palpablemente que salieron de la misma pichonera. Arrigo, que hoy es confianza, pilar y puntal de la segunda de ascenso, tiene una calidad de primera. Ese quite de los pies del contrario, la chilena que quiebra un gol y ese señorío en la zaga recuerdan al otro que se fue. Los de Talleres que saben que es bueno ya empiezan a temer. Los hinchas, naturalmente... ¿Qué temen? Pues, ¡qué alguien quiera formar la pareja!...

(La Cancha – nº 749 – 30 de setiembre de 1942)

domingo, 16 de marzo de 2008

El equipo de Talleres en el Torneo de 1941


Con esta nueva entrega, ampliamos el análisis de la participación de Talleres en el Torneo de 1941. En esta ocasión, nos ocupamos de la cantidad de partidos disputados por cada jugador y los goles convertidos.

El conjunto albirrojo, utilizó 33 jugadores a lo largo del certamen


En primer lugar, resaltamos la presencia perfecta de Carlos Armando Wilson, Héctor Rodolfo Catenazzi y Fortunato Temprano, ya que todos jugaron los 34 encuentros del Campeonato. Además, todos ellos marcaron goles. Wilson y Catenazzi marcaron 4 goles cada uno, y Temprano señaló 2.

En lo referente a los arqueros, Alfonso Espada, estuvo en 19 partidos, en los que le marcaron 46 goles ( poco más de la mitad de los tantos que le marcaron a Talleres durante el torneo), Diaco que atajó en los primeros 9 encuentros, y le señalaron 17 goles. Talleres también utilizó otros dos guardavallas; Reina, que atajó 2 partidos ( le marcaron 9 goles) e Ibarra, que estuvo en 1 partido y le marcaron en 2 ocasiones.

En la zaga izquierda, sobresalió Antonio Arrigó, ya que disputó 19 encuentros. En 11 partidos estuvo Prol. Además jugaron Fortunato Temprano, R. Rodríguez, Journet y Vivas. Todos con 1 partido cada uno.

En el mediocampo albirrojo , las presencias fueron las siguientes; José Rico participó de 23 partidos, Enrique Quarésima estuvo en 10 encuentros, Catenazzi, jugó 34 encuentros con 4 goles, y Temprano estuvo en 33 partidos( el restante, que completa su asistencia perfecta , jugó como defensor central), y marcó 2 goles.
Además jugaron 1 sólo encuentro Peremarti y Gniarini.

En lo que respecta a la delantera, Talleres utilizó gran cantidad de jugadores. Este es el detalle ya que en total, fueron 16 players ; Darío Díaz , jugó 27 partidos y marcó 2 goles. Sebastián Soddu , 1 gol en 4 encuentros. Torchio, que jugó 5 partidos. Ramón Vales estuvo presente en 22 ocasiones, y señaló 3 tantos. Menutti, sólo jugó el primer encuentro, e hizo 1 gol. Horacio Isola participó de 17 partidos y se mostró efectivo al convertir 7 goles. H. Rodríguez, 2 presencias. Unzué , jugó sólo al comienzo del Torneo 7 partidos con 2 goles.Galán, jugó 2 partidos. Beluschi, disputó 5 encuentros (2 goles).Torrosi, Iturriaga y Bóveda, jugaron 1 encuentro cada uno (el tercero marcó un gol).Bonfiglioli, estuvo en 31 partidos y convirtió 12 goles. Francisco Fernández disputó 24 partidos en los que señaló 9 tantos.

Por último, Antonio Casarico, que jugó 26 partidos, demostró su gran capacidad goleadora, ya que marcó 22 goles y fue el máximo anotador de Talleres en el certamen.
Los jugadores con más presencias en cada puesto fueron los siguientes, con los cuales armamos el once titular del conjunto de Escalada.

Alfonso Espada; Carlos Armando Wilson y Antonio Arrigó; José Rico, Héctor Rodolfo Catenazzi y Fortunato Temprano; Darío Díaz, Mario Bonfiglioli, Antonio Casarico, Francisco Fernández y Horacio Luis Isola.