jueves, 22 de julio de 2010

En Santa Fe, Talleres dio la sorpresa


El primer equipo de Talleres, no venía cumpliendo una buena campaña durante el certamen de 1953. A pesar de tener futbolistas de categoría ( quienes luego serían la base del conjunto que realizara grandes campañas en 1954 y 1955), su desempeño lo ubicaba en mitad de tabla, lejos de las pretensiones de las instituciones que peleaban en los puestos de vanguardia.


Pero el domingo 16 de agosto de ese año, Talleres -y contra los pronósticos de aquellos días- dio la sorpresa al vencer al conjunto santafesino en su estadio.

Colón ostentaba una racha impresionante en condición de local, ya que desde su afiliación a la A.F.A. en 1948, y hasta el campeonato de 1953, sólo había perdido en dos ocasiones ( frente a Quilmes en 1952, y recibiendo a Unión en 1953).

Es decir que durante 6 temporadas, sólo fue vencido 3 veces en esa condición.


Compartimos una crónica que publicó la revista "Talleres", en setiembre de 1953.



En Santa Fe, Talleres dió la sorpresa.


A veces el fútbol tiene sus sorpresas, contra toda lógica o posibilidades. Este año le tocó a Talleres nuevamente, como el año anterior frente a Unión, dar a los comentarios de diarios, revistas y radios, la nota sorpresiva y sobresaliente de una jornada memorable para el historial de la veterana institución

“albirroja”. Y ello fue nada menos que ganarle a Colón en su propio e inexpugnable reducto, que en contadas oportunidades supo de la amargura de la derrota en su field.


Y si para el lector poco avisado tal victoria aparecerá como un batacazo más del fútbol, es digno señalar para testimoniar el alcance de la performance, que la misma fue obtenida con la suficiencia y la prestancia de un equipo capaz, que superó a su rival en su propia casa, con todas las de la ley. El local no produjo una falsa performance, sino que fue superado ampliamente y en todas las líneas por un conjunto que para ganar exhibió sólo virtudes, y jugó en el campo su mejor carta: fútbol.


Así lo reconocieron los adictos locales, que una vez terminado el match no daban crédito al resultado final.


Como se desprende del comentario, en el equipo albirrojo no hubo puntos flojos, y los once hombres constituyeron una sóla voluntad con una aspiración común: vencer. Y ello lo lograron a punta de corazón. La defensa, que rayó a gran altura, estuvo hábilmente apuntalada por la acción de Ramajo, y en cuanto al quinteto delantero, halló en Córdoba su verdadero conductor y cerebro. Ramajo cumplió su cometido a conciencia, ya que tras anular a Quevedo, empujó a la delantera con su trabajo rendidor y tesonero. En general, todos los hombres del albirrojo cumplieron una performance de excepción, salvando un escollo dificilísimo que en honor a la verdad, en los comentarios previos y ateniéndose a la lógica, no le daban a Talleres las mejores posibilidades.


Sin embargo, la voluntad y el tesón, puesta por todos los integrantes del equipo de Escalada, originó esta victoria que ha pasado al historial del Club Atlético Talleres con los caracteres indelebles de meritoria hazaña.


Torneo de 1953.

Fecha 19.

domingo 16 de agosto.


Colón: Díaz; Robustelli y Gómez; Quevedo, Pol y Revecchi;Rácaro, Mercado, Cardoso, Martorelli y Marángelo.


Talleres: Varettone; Simeón y Del Canto; Pallares, Bernardéz y Ramajo; Montes, Juárez, Ricardi, Córdoba y Pietracone.


Goles. Pt 20’ Mercado (p). St 16’ y 29’ Ricardi.


Revista “Talleres”, nro 2, setiembre de 1953.


En la foto, el goleador de Talleres, Oscar Ricardi.




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