miércoles, 21 de noviembre de 2007

El Bahiense Troncoso


Aníbal Troncoso fue uno de los jugadores más hábiles que pisó el suelo argentino. Proveniente del club Puerto Comercial de Bahía Blanca, estuvo a la altura, en la primera década del profesionalismo, de Sastre, Zito, de la Mata o cualquiera de los grandes apiladores de la época. No trascendió demasiado porque jugó casi siempre en equipos chicos. Pero en todos demostró su tremenda capacidad para dejar rivales en el camino.


Ya en los primeros tiempos, La Cancha decía de él: “El ala izquierda integrada por Troncoso y Romano es peligrosísima por su entendimiento. Ambos se desplazan con velocidad fantástica y, si maravilla la precisión de sus pases, mejor impresiona la puntería de sus remates” (1933). Alan Breck reforzaba al año siguiente sus conceptos: “Es un virtuoso de la gambeta. Resulta difícil sacarle la pelota cuando se la ata a los cordones de sus botines. Es también un maestro en los pases. Tiene excelente puntería y su shot lleva bastante poder” (1934).


Así, jugando en Talleres, en la transitoria unión Talleres-Lanús, en Boca por poco tiempo – reemplazó a Cherro cuando éste fue suspendido por 6 meses por agredir a un árbitro – y en Tigre en su última y más prolongada etapa, llegó a los 100 goles con un alto promedio anual. Un insíder con llegada. Y un gambeteador de buenas habilitaciones y preciso remate.


Terminó jugando en la reserva de Tigre, demostrando su gran capacidad de armador y gambeteador. Un espectáculo que hacía ir a los hinchas más temprano a la cancha para no perdérselo. Decían las crónicas: “Elegante estilo y fuerte remate”. En 1935 fue reconocido como el mejor insíder de la Argentina. Y terminó jugando en su club, Puerto Comercial, en 1954. Con la pasión de los que quieren la pelota siempre, a toda costa.

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