En la mañana de hoy falleció uno de los más grandes goleadores del fútbol argentino: nos referimos a Francisco Varallo, que alcanzó el siglo de vida, y era el último sobreviviente de la final del primer campeonato del mundo, disputado en Uruguay en 1930, y en el que Talleres tuvo un representante, el extraordinario arquero Ángel Bosio.
Varallo fue un gran verdugo de los arqueros tallarines, un verdadero motivo de temor cada vez que enfrentó a Talleres, atacando con la divisa de Boca.
Entre 1931 y 1933, anotó en todos los encuentros que jugó, y siempre convirtió mas de un tanto por encuentro: en 1931, Varallo le marcó 4 goles a Talleres,. Al año siguiente Bosio y Vissini, arqueros albirrojos fueron derrotados en 5 ocasiones por sendos goles de Varallo.
Para 1933, marcó identica cantidad de goles: cinco. Durante la disputa del certamen de 1934, en el cual Talleres jugó fusionado con Lanús, Varallo marcó sólo un tanto en los tres partidos que disputó. A pesar de haber disputado los dos encuentros del torneo de 1935, no marcó goles. Retomó su habitual eficacia frente a la valla de Talleres, al marcar dos tantos en 1936.
Durante 1937 convirtió en una ocasión. No estuvo presente en los partidos de 1938, cuando una lesión perturbaba su carrera, y reapareció en la reserva de Boca para 1939, enfrentando a Talleres, y en uno de los últimos partidos de su carrera, en un campeonato de segunda que tenía equipos de esa categoría y reservas de primera. Fue su último partido frente a Talleres y no marcó goles.
Su eficacia goleadora se tradujo en 18 tantos en 15 partidos frente al equipo de Escalada. Sin dudas una performance extraordinaria,que resalta aún más en épocas de centrodelanteros sin gol. Vale nuestro recuerdo para él.
La imagen que acompaña el posteo, es una tapa de la revista “El Gráfico”, que homenajeó a los tres máximos goleadores del torneo de 1932: nuestro máximo goleador, Hugo Lamanna, el artillero boquense Francisco Varallo, y el temible shoteador, Bernabé Ferreyra.
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