Cuando Arsenio Erico llegó de su Paraguay natal a Buenos Aires para jugar en Independiente, además de su equipaje traería quien sabe que cantidad de ilusiones junto a él. Seguramente las que puede imaginarse cualquier pibe de 17 años, la edad de Erico en 1934. Habrá pensado también en escaparse de la guerra del Chaco contra Bolivia: se habrá imaginado como cualquier pibe de 17 años, que no tiene sentido morir joven en una causa perdida. Que mejor, que a pesar del cariño por su tierra, venir a Buenos Aires para hacer lo que más le gustaba: jugar al fútbol.
Pero lo que no imaginó Erico, es que iba a alcanzar tamaña repercusión en aquella actividad que lo apasionaba. Ni tampoco habrá imaginado en que sería uno –si no el más- de los más grandes ídolos de una institución como Independiente.
Pero mucho menos habrá pensado en que iba a ser el máximo goleador de toda la historia del fútbol argentino. Que paradoja, que en Argentina, una de las tierras que ha dado los mejores futbolistas del planeta, un extranjero, un futbolista nacido en Paraguay, haya sido el romperedes record.
293 goles señaló, una cifra inigualable.
El ídolo negado
Este domingo se vivió en una cancha argentina, uno más de tantos episodios de intolerancia e ignorancia que se viven semana a semana. Desde la tribuna local, un grupo de imbéciles identificados con los colores del equipo de Avellaneda, arrojó al campo de juego bolas de fraile y “paragüitas” una clara alusión a cierta identificación que atribuye carácter de paraguayos y bolivianos a los hinchas de Boca, como ciudadanos de segunda. Un episodio que hubiera sido impensado años atrás, cada vez que desde la platea del Rojo hasta la popular se oía: "¡Paraguayo, paraguayo!".
Pero por sobre todas las cosas, el episodio del domingo es una injusticia para la memoria y el sentimiento, para la alegría y la afectividad de generaciones de hinchas rojos que crecieron con sus goles, y lo tomaron como un verdadero ídolo, sólo comparable con otro grande como Ricardo Bochini.
Erico frente a Talleres
Frente al equipo de Escalada, el desempeño frente al arco de Arsenio Erico alcanzó notable eficacia: fue un verdadero verdugo de los arqueros albirrojos, ya que les señaló 12 goles en 6 partidos jugados frente a conjuntos de Talleres: en 1934, y siendo el team de Escalada parte de la Unión Talleres- Lanús, le marcó 2 goles en 2 partidos jugados.
Para 1935, no enfrentó a Talleres, pero en 1936 volvió a convertir dos tantos en el único encuentro en el que jugó. Se despachó con 5 anotaciones en 1937 en los partidos frente a Talleres, y por último en 1938, año de la última participación en Primera de Talleres, convirtió 3 goles en el único enfrentamiento del que fue parte.
Así empezaba la crónica del diario “El mundo”, del 23 de octubre de 1938, cuando Talleres fue vencido en Avellaneda por 5 a 0. Tres goles marcó Erico en aquella ocasión.
1 comentario:
Felicitaciones por la nota y adhiero totalmente a su contenido.-
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