viernes, 18 de mayo de 2012

Gracias presidente



Tras la asamblea realizada el pasado 13 de mayo, en la que se renovaron autoridades, fue elegido como presidente el socio Alejandro Taraborrelli, apoderado legal del club, que asumió en lugar de Sergio Míguez, quien ocupa actualmente la segunda vicepresidencia.


Cuando una institución, un club o una empresa muestra buena salud, se multiplican aquellos que quieren encargarse de los destinos, de ponerse al frente de las decisiones. Lo contrario ocurre cuando se transita la senda de las malas, cuando se hace todo cuesta arriba . Y algo así le pasó a Talleres: un Talleres que en 2003 estaba sumido en un estado que al recordarlo se nos hace un nudo en el estómago. En ese contexto, un grupo de socios se propuso comenzar a trabajar para intentar la recuperación. Y por esas cosas, que en su momento parecen insignificantes, en una de esas reuniones el recordado Víctor Flora le dijo a Sergio Míguez, que “el debía ser la cabeza de grupo”.

 Con el tiempo transcurrido y el acompañamiento de otros socios, la situación comenzó a encaminarse lentamente y con el transcurso de los años, cinco años desde aquella jornada hasta aquél diciembre de 2008, Talleres pudo volver a manos de los socios. Una jornada que vista en perspectiva histórica, puede calificarse de refundación de nuestra institución. Toda la historia albirroja esta jalonada de dificultades: desde la primera disolución del club en 1909, pasando por la reorganización de 1914, las finales perdidas por el ascenso, la gloria de llegar a primera en 1925, los diez años que nos costó pagar las cuatro hectáreas que hoy ocupan el campo de deportes, el descenso a segunda, hasta  la construcción del natatorio olímpico, y la lista se extendería mucho más. Sin ayudas del poder político, y aún cuando la hubiera habido, fue siempre mínima, exigua.

Y vemos siempre que ha sido todo con esfuerzo: la matriz  obrera del pueblo de Escalada no podía sino ofrecer otra cosa a su hijo pródigo, a su Talleres. Cambian los tiempos, cambian las sociedades y el club, sigue ahí, a la vuelta de nuestra casa, como siempre, pero los esfuerzos por hacerlo funcionar, crecer, y hacerlo sentir nuestro lugar, continúan como hace 100 y pico de años. 

La labor que ha desarrollado la Comisión de apoyo, encabezada por Sergio Míguez, y la continuación de su labor a través de la Comisión Directiva que la sucedió, es difícil de catalogar en unas pocas palabras. Mas allá de los errores en los que se  pudo incurrir, sería injusto que la historia no reconozca en toda su dimensión la tarea desarrollada para que Talleres siga vivo. Y que ese reconocimiento, que a veces queda plasmado en un nombre, una sala o un gimnasio, exceda con el paso de los años meramente una denominación, para que tengamos presente que gracias a un dirigente como Sergio Míguez y a todos los socios que lo acompañaron, hoy Talleres puede seguir siendo nuestra casa, para todos aquellos que los sentimos nuestro al club .

Para que siga siendo nuestro lugar en el mundo. Y el mas lindo de todos.

Gracias Sergio Míguez

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