Mostrando entradas con la etiqueta revistas partidarias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta revistas partidarias. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de septiembre de 2010

Ídolos albirrojos: Fortunato "Cacho"Temprano


Fortunato Temprano fue un jugador de Talleres que defendió la casaca albirroja durante trece años consecutivos. Es uno de los futbolistas que más jugaron en el equipo albirrojo, ya que sumó 303 partidos como half izquierdo entre 1940 y 1952 y convirtió 5 goles.


Los números de su campaña son elocuentes: representó y representa una verdadera leyenda , ya que sólo jugó en Talleres. La cantidad de presencias sólo es superada por Javier González.


Este reportaje que publicamos, es un modesto y sencillo homenaje para "Cacho", como se lo conoció desde siempre.



“Cacho” Temprano se pasa todos los días repartiendo leña…


Reportaje de Juan D. Ravera


Fortunato Temprano es un gran comerciante. Vende carón, leña y otras yerbas. Nuestro destacado half ha pensado bien. El porvenir de los jugadores de fútbol siempre es una incógnita, especialmente en los que actúan en las entidades más modestas, donde los ingresos no son tan abundantes que digamos…por eso trabaja, con el reparto de carbón y leña de lunes a sábado al mediodía – a pesar de que la leña la sigue repartiendo también los sábados a la tarde-. Así es Temprano, muchacho sonriente y simpático.


Dejemos el trabajo y hablemos de fútbol. Y al preguntarle sobre su iniciación, me dice “Cacho”:


-El Fortín fue mi primer club independiente, pero actué poco tiempo allí porque enseguida pasé a “El Caño”, al lado de algunos muchachos que si hubieran seguido practicando fútbol, se hubieran destacado, tales como Peláez, Andrés Torchio, D. Caramelo, Trigo y otros. En el año 1938 me vió jugar el entonces delegado de Taleres, Alfredo Bonetto, y me llevó a firmar para los tallarines, pero como estaba por cerrarse el libro de pases y no tenía tiempo para sacar la cédula de identidad no pudieron hacerlo…


-Entonces ¿Cuándo ingresaste a Talleres?-


Al año siguiente. Fue en esta oportunidad cuando “Emilieto, ese gran delegado, verdadero hacedor de astros del deporte más popular, quien me llevó a Talleres, donde debuté en la cuarta especial como centromedio, porque en los potreros siempre jugué en ese puesto. Luego pasé a jugar de half de ala, cuando Catenazzi se incorporó a esta división. Allí hicimos una campaña muy buena, al fin de la cual tuvimos la inmensa satisfacción de clsificarnos campeones, y con gran regocijo vi ganada mi primer medallita.


¿Que tal fue la campaña antes de salir campeones?


Todos los encuentros fueron muy bravos, especialmente cuando llegamos a disputar los partidos de finales. De éstos recuerdo como el más difícil aquél que jugamos con Barracas Central en la cancha de Racing, donde el árbitro expulsó a Rico y Fernández cuando faltaban 10 minutos para terminar el partido y perdíamos 1 a 0. a pesar de todo, a fuerza de corazón, conseguimos ganar al final por 2 a 1. fue para mí, un partido inolvidable.


La emoción y el recuerdo, revolotean los ojos de Temprano. Aquellas performances están grabadas en su mente como un tesoro de inapreciable valor.


-¿Cuando se produjo el ascenso a la Segunda?-

En 1940, o sea al año siguiente, en un partido con Argentinos Juniors, integrando la línea media con Rico y Mazzola. Luego seguí jugando casi sin interrupción hasta la fecha.


-¿Cuál fue el mejor partido que disputaste?-

Uno que jugamos contra Argentino Juniors, en la cancha de éstos, donde tuve que marcar a la pareja Sas-Fila. Ese día las pesqué todas.


-¿Y el peor?-

Tengo en mi haber una performance tan mala, que no podré olvidarla mientras viva, contra Estudiantes en cancha de Atlanta. Ese día la hinchada, para colmo de males, en vez de alentarme, porque estaba en una mala tarde, me dirigía esos gritos que se lanzan desde el anonimato, y que tanto mal nos causa, porque el público cree que el jugador es una máquina, y rinde siempre igual…


Ha dicho una verdad muy grande Temprano. Para la hinchada, el jugador debe estar siempre en perfecta forma, no debe fallar nunca. Y eso no puede ser. Los jugadores son humanos, tienen sus días buenos, regulares, y de los otros. Estas consideraciones, de Temprano y de otros cracks, me las obliga también un deseo de defensa.


Ha hecho muchos goles, y entre ellos varios de muy buena factura; pero dejemos que él nos cuente mejor;


-De todos los goles que marqué, creo que el mejor se lo hice al “flaco” Ismael, cuando actuaba en Sportivo Alsina, en un partido que perdimos en su cancha.


-¿Contento de estar en Talleres?


Más que contento. Encantado. Puedo asegurarte que en Talleres estoy como en mi casa. Muy buenos compañeros, mejores dirigentes y una camaradería compartida por todos.


Nota aparecida en “Talleres siempre adelante”, órgano oficial de la agrupación “Talleres siempre adelante”, Remedios de Escalada, 1 de Noviembre de 1945.

Año 1, nro 3.


viernes, 25 de junio de 2010

Básquet Masculino: Los aviones


La siguiente nota fue escrita por el colega Fernando Cirigliano, socio e historiador albirrojo, y publicada en la revista "Soy Talleres" nro 4, que edita el Departamento de prensa de la institución.
La compartimos con el publico tallarín, sabiendo que Talleres es y ha sido más que un club de fútbol.


Los Aviones, orgullo nacional

Para 1930, el pueblo de Remedios de Escalada con un aumento demográfico importante como consecuencia del andar de los talleres ferroviarios, motivó que en el club Talleres, se acrecentara la actividad deportiva y de esparcimiento. Para ello, los dirigentes creyeron conveniente anexar a la vida del club un juego que ganaba adeptos en nuestro medio, el Básquetbol. Y en ese año se afilió a la Federación Argentina actuando en la categoría Novicios o segunda de ascenso hasta 1936.


Como todo nuevo emprendimiento, necesitó de impulsos personales para que los chicos del pueblo practiquen estos deportes que eran novedad. El básquet tuvo su motor en la sastrería de la familia Paul y como impulsor a Valentín Corcuera, gerente del club y primer capitán del equipo.

Para ello, el club agregó en su campo de deportes la cancha de básquet que estaba ubicada a espaldas de la tribuna oficial en forma paralela a la calle (el tablero daba espalda a la tribuna) y ocupaba parte de lo que hoy es el natatorio, la misma era de polvo de ladrillo y se sumaba al buffet y la cancha de bochas, ya existentes.



NACEN “LOS AVIONES”


Siempre en permanente evolución, llegó a disputar en 1935 el ascenso a Primera División frente a Carumbé cayendo derrotado por un punto. Pero a fines del año 1936, se produjo un acontecimiento que lo ubicaría a la postre en una preferente posición en el ámbito basquetbolístico de entonces. La presión de los clubes de fútbol, que veían en este deporte un crecimiento avanzado y al no congeniar con la Federación de Básquet de Capital Federal, trajo como consecuencia el nacimiento de la Asociación de Básquet de Buenos Aires, con la obligación de que los clubes de Fútbol presenten un equipo para disputar los torneos.

De esta manera, Talleres ingresa como fundador y basándose en los méritos acreditados en sus anteriores campañas, se le reconoció como entidad de Primera División, constituyéndose con el transcurrir de los años en animador del básquetbol.


El primer torneo de la Asociación de Básquet se llamó Novicios, en 1937, y Talleres ya mostraba lo que vendría, tener equipo competitivo a la altura de las circunstancias. A los que ya estaban dando sus últimos rebotes, Luis Botálico, Oscar Agnelli, Bruno Petracco, “Titi” Gargiulo, Arturo “Negro” Madera, Argentino Paul (en 1938 fue seleccionado para representar a Argentina en el Campeonato Sudamericano que se disputó en el Luna Park) se le sumaban la sangre nueva que iba a dar que hablar en los años venideros, un cuadrado “mágico” que iba a poner de pie a este deporte definitivamente y que llevará los colores rojo y blanco a lo más alto, ellos, Sigisfredo “titi” Duant, Federico “ferrucho” Bemmi, Berísimo González y Federico Grasso (se sumó en el ´39) , a quienes la ilustre pluma de Borocotó en la revista El Gráfico, los bautizara tiempo después como “Los Aviones”, Marca registrada del básquetbol de aquellos años.

En dicho torneo, Talleres perdió la final frente a Racing club por un punto, final que se jugó en la cancha de Boca Juniors.


TALLERES CAMPEON


En el año 1939, se consolidó el envión que llevaba el básquet con la construcción de la nueva cancha (donde hoy funciona el Gimnasio Mallarakis) dotada de iluminación y tribuna. Esto no significaba que como todo deporte debía tratar de buscar su propia financiación para hacer frente a los gastos. “Titi” Duant, ( foto) recuerda cómo compraron su primer juego de camisetas, Para comprar 2 juegos de camisetas y pantalones de raso, uno rojo y uno blanco, había que hacerlos a medida, la casa que los confeccionaba se llamaba J. M. Arnedo y CIA, que estaba en el centro más precisamente en Reconquista y Corrientes, hicimos una rifa de 1000 números a $ 1.00 cada uno, el que la sacaba se llevaba $ 500.00 pesos, así que con “Ferrucho” las vendimos todas, principalmente en la feria de los martes de Av. Rosales y la de los jueves en Av. Príncipe de Gales, pagamos el premio con los otros $ 500.00 pesos compramos la vestimenta, así que también nos las ingeniábamos para solventar nuestros gastos.” De esta manera se fueron forjando nuestros grandísimos jugadores.


La “pilcha” fue bien estrenada ya que en ese año Talleres ganó el Torneo de Básquetbol de Primera División venciendo en la final, que se jugó en River Plate, a San Lorenzo. En un deporte que estaba haciendo sus primeras armas y se jugaba muy distinto a lo que vemos en nuestros días (se jugaba con mucha zona y había demasiada retención de pelota lo que lo hacía mas lento.


Un equipo del que todos empezaban a hablar y al que todos querían vencer formado por , “Titi” Duant (base), Berísimo González y Sabino Botalico (alas), Federico Grasso y “Ferrucho” Bemmi (pivotes), completaban el plantel, Luis Botalico, Argentino Paul, A. Petcovich, O. Tonelli y N. Beroldo. El “orgullo” de Escalada estaba presente y todos los medios periodísticos escribían y hablaban de él.

El Básquet seguía su crecimiento siendo arrollador su desempeño, ya que el 1941, ganaría todos los torneos que se disputaron y se agigantaba de tal manera, que era duro rival a vencer.


La manera de jugar y la excelsa exposición de virtuosismo de sus “mágicos” (Bemmi, Duant, Grasso Y González) que hacían las delicias de propios y extraños, fue lo que permitió que este deporte fuera ganando adeptos y creciendo en popularidad. Este año ganaron todos los torneos que disputaron siendo la arista más destacada de la historia del básquet en Talleres, un punto de inflexión para las generaciones venideras.

Primero, ganaría la Copa Independiente que se disputó en el club de Avellaneda, al vencer en la final a River Plate, en tiempo suplementario y jugando gran parte del mismo con un jugador menos por acumulación de foules. También se llevaron el torneo de Tiro Libre (como el de triples que se juega actualmente) Federico Bemmi 9 Ptos, Sigisfredo Duant 21 (récord sudamericano) y Sabino Botálico 16, compusieron una tripleta que se llevó el trofeo por equipo y la medalla de campeón individual para Duant.


Era tal el virtuosismo y la contundencia de este equipo que también era invitado por los poderosos del interior del país. Es así que salen de gira y van a Córdoba y le ganan al mismísimo Atenas, siguen la travesía hasta Santa Fe y le ganan a Unión para culminar en Rosario ganándole a Newell´s la final y obteniendo la tradicional Copa “CANDIOTTI” en forma invicta. Para ser aún más loable la conquista es justo decir que todo los hicieron en ¡UNA SEMANA!, Realmente impresionante.


Para cerrar un año fantástico Talleres ganaría el Torneo Apertura que se jugó en el Luna Park venciendo en la final a Institución Sarmiento. Ya era importantísima la cantidad de hinchas que los seguían y esa noche no fue la excepción, más de diez micros fletados desde el bar de Asprea, festejaron este logro que terminó en el viejo club Sarmiento, en las actuales Rosales y Melo, con un gigantesco chocolate con churros.


Para cerrar este año espectacular, Talleres ganó la tradicional copa “El Día” de La Plata, donde ratificaron en gran forma sus brillantes actuaciones, ganándole en las finales a Boca Juniors por 42 a 41 (en suplementario) y a Gimnasia Y Esgrima de La Plata por 43 a 40, alzándose con el trofeo que cierra la temporada.


Honor y Gloria para, Grasso, Duant, Paul, Bemmi, Sabino Botalico, González, Orione, Luis Botalico, Giacovich Y Thiem. Oscar Etchebane, referente inevitable de este deporte, el jugador que más partidos disputó vistiendo la “rojiblanca” por más de veinte años, resalta “ Debemos guardar en nuestros corazones el más sincero respeto y admiración por estos hombres que sembraron ésta semilla en este club, siendo una referencia como personas y como jugadores, y sentaron un precedente ineludible en la historia del básquet en Talleres.”


Lo inevitable tenía que pasar. No sólo Talleres fue semillero en el fútbol, también en el básquet pero con una historia que entrelaza ambos deportes; el club debió desprenderse de sus cuatro “fantásticos”, estamos hablando de “Titi” Duant, “Ferrucho” Bemmi, Federico Grasso y Berisimo González. El pase de estos muchachos se hizo de una forma insólita.


Sobre fines de 1941 Juan Perinetti era el presidente del club. La gente de San Lorenzo se acercó a Talleres y pidió el pase de éstos a cambio de algunos jugadores de fútbol. A su vez, Platense que estaba interesado en implantar el básquet, se acercaron al club por intermedio del vecino de Escalada, Ricardo Viñas que era gerente en la compañía CAP, donde los dirigentes de Platense integraban el directorio de la empresa, para solicitar el pase de los futuros “Aviones”. Se reunieron con el presidente Perinetti en el bar de Asprea, hoy Beltrán e Yrigoyen, y le ofrecieron al centrofoward Julio Harguindeguy, que era una “debilidad” de los dirigentes “albirrojos”.

La diferencia estuvo que Platense les ofreció trabajo efectivo a los cuatro jugadores, algunos de ellos se jubilaron allí. Así de insólito, como inédito se efectuó el pase de “Los Aviones”, a Platense donde comenzaron a “volar” para solidificar su historia con un tricampeonato 1943/44/45 escribiendo páginas gloriosas y quedando en la memoria con “LOS AVIONES” sinónimo indiscutible para el básquet nacional.



sábado, 29 de mayo de 2010

Goleadores albirrojos: Orfeo Fratesi



La siguiente nota fue publicada por la revista
"Talleres siempre adelante", en su número 2 del 15 de Octubre de 1945.
Apodado "tuerto", Fratesi fue un destacado goleador de Talleres durante la década del 40, y de la década siguiente: había llegado a Talleres luego de un paso previo por nuestra institución, para reemplazar al centrodelantero Antonio Casarico, quien estaba jugando sus últimos partidos con la camiseta de Talleres ( luego de haber actuado desde 1938).

Fue muy destacada su labor en el torneo de 1945, ya que convirtió 34 goles durante la temporada, lo que le valió pasar a Gimnasia de La Plata al año siguiente.



A Orfeo Fratesi…una vez lo eliminaron de Talleres por morfón.


Por Juan. D Ravera.


Orfeo Fratesi es un muchacho joven. Sólo cuenta con 23 años de edad y ya conoce los halagos de la popularidad tanto en nuestro país como en el Uruguay.

Los hinchas de Talleres tienen en su centrodelantero a un hombre que sabe cumplir con su misión. Tira Bien al arco, pasa mejor y anota goles de gran clase. A pesar de ser discutido, puedo asegurarles que Orfeo es cosa demasiada seria para reflejarla en un papel. Lo único que puedo decirles, es que si Orfeo se viera algún día en un cuadro de primera al lado de un insider tipo Zubizarreta, el Fratesi de esta nota pasaría al lugar mas destacado de las páginas deportivas de Buenos Aires, por que el muchacho vale lo que pesa, y pesa más de noventa kilos…

Conversar con Orfeo es tarea grata. Es simpático, callado, optimista, y sobre todo muy modesto. Hablamos de sus comienzos y de sus primeras andanzas…

-Mis comienzos fueron en los potreros y clubes independientes. El Club Villegas me contó entre sus defensores. Allá por el año 1937, integré ese conjunto, que tenía como delegado a Fernando Savino y que había algunos muchachos que pudieron surgir, tales como Monópoli, Cavalli, Iturriaga, Bonafede y otros. Hicimos una gran campaña, invictos un año. Allí jugaba de centrodelantero.


-¿Como pasaste a Talleres?-


Corría 1938, cuando me presente ante Julio Artola para solicitarle que me probara, pues tenía interés en jugar en la quinta división. Después de una práctica que hice, mi juego gustó porque inmediatamente me llevaron a firmar, y debuté cuando ya el campeonato estaba por finalizar. Jugaba de insider en ese entonces, pero me utilizaban en todos los puestos de la delantera. Al año siguiente integré la cuarta división “A”, cuyo delegado era Emilieto , que tanto hizo por Talleres y hoy esta olvidado. Conmigo jugaban Vicente Rico, Tonelli, D’Amelio, Domínguez, Rey, Gómez, Badell y otros. Luego pasé a la cuarta especial, donde estuve en esa división dos años consecutivos, en el último hicimos una gran campaña, donde pudimos haber salido campeones, de haber tenido mas suerte. Pero nuestra gran performance se la debemos al delegado Traversaro, un hombre muy conocedor del deporte, que nos ayudó.


Ese año le dieron el pase libre, por “gambetear demasiado”. Por eso se fue a jugar a Lanús, para regresar al club de sus amores, como denomina Fratesi a Talleres, no sin antes irse por los campos uruguayos.


-¿Que tal te fue por Lanús?-


Bien, no me puedo quejar. Apenas ingresé en la cuarta especial encontré buenos compañeros, buenos delegados. Debuté en Lanús contra Gimnasia y Esgrima y ganamos por 1 a 0. Jugaban conmigo Calvente, Passeri, Justo, Garcé Padró y otros. Casi al final del campeonato a raíz de una sugestión hecha por Laguna, entrenador de Lanús, debuté en la primera en el puesto de wing derecho.


-¿Qué tal fue tu debut?-


Formidable. Fue para mí una tarde inolvidable, jugamos contra Estudiantes en La Plata, estábamos 2 a 0 cuando me correspondió la gran satisfacción de anotar el gol del triunfo con un tiro libre desde 40 metros que hizo que Ogando se quedara parado.


-¿Y luego?-


Seguí jugando hasta que el campeonato finalizó, junto a Stremble, Filippo, Rodríguez y Arrieta. Cuando terminó la temporada recibí una oferta del club Miramar de Montevideo para actuar en la citada entidad.


-¿y Lanús te dio el pase?-


A préstamo hasta fin de ese año.


-¿Cómo te fue en Montevideo?-


Muy bien. Nunca creí que me recibirían tan cordialmente. Los dirigentes, los socios, los hinchas de Miramar me brindaron el estímulo necesario como para hacer más llevadera la vida tan lejos de los míos. Deportivamente nunca me fue tan bien. Y si no fijate…

Y me muestra infinidad de fotografías, recortes de diarios y revistas que hablan y elogian a su formidable actuación en canchas orientales.


Había varios argentinos que actuaban conmigo: jugaba con Delovo, Genín y Ventura. Cuando terminó el préstamo volví a Lanús, pero estuve poco tiempo. Pues al año siguiente, luego de una actuación fugaz en la reserva donde jugué tres partidos, volví a enrolarme en Miramar. Allí actué al lado de algunos argentinos tales como Cerioni, hoy en la primera de Gimnasia, el veterano Verga, Navarro y Antenucci. Cuando terminó la temporada recibí una tentadora oferta de Peñarol de Montevideo, pero Lanús que tenía mi pase pidió nada menos que 10.000 pesos y la transferencia del internacional Vázquez. Fue así que Peñarol dijo no, y yo me quedé con las ganas de jugar para el club uruguayo.


-¿Y volviste a la Argentina?-


Sí. Y dispuesto a quedarme para siempre entre los míos. Hice algunas prácticas en Lanús y cuando ya estaba dispuesto a enrolarme en la Reserva, me llegó una oferta desde Chile, pero debido a que me enteré que la vida por allá se hacía difícil no me animé a partir.


-¿Cómo fue que volviste a Talleres?-


Cuando el señor Perinetti renunció como presidente, Salomón que había tomado a su cargo el equipo me apalabró para que jugara por Talleres. Me convenció y entonces me presenté ante los dirigentes de Lanús y éstos que siempre fueron tan buenos conmigo me dieron el pase. Debuté contra Estudiantes en la cancha de Atlanta donde perdimos por 2 a 1, ocupando el lugar que había dejado vacante Casarico, que unos días antes había manifestado que hacía abandono voluntario del fútbol oficial.

Luego seguí jugando ininterrumpidamente hasta la fecha.


-¿Cómo te sentís actualmente en Talleres?-


Encantado de la vida. Nunca creo haber estado mejor que ahora. Con buenos dirigentes y buenos compañeros y con la gran camaradería que reina.


- Decime Orfeo de todos los goles que hiciste ¿Cual te pareció el mejor logrado?-


Hasta hace poco tiempo uno que le marqué a Besuzzo integrando el cuadro de Miramar, pero desde hace 15 días creo que el mejor fue el tercer gol que le hice al arquero de Quilmes Kriscuona. Tomé la pelota de un centro con la cabeza, eludí al fullback que me salió al encuentro y sin hacerla tocar el suelo la impulsé al arco también de cabeza marcando el tanto. Fue a mi modesto entender mi mejor gol.


Antes de despedirme me dice:

Decile a los hinchas que este año vamos a cumplir una buena campaña pero para eso necesitamos más estímulo de las tribunas, porque los partidos se ganan con goles y los goles vienen cuando el público grita y nos alienta.




sábado, 23 de enero de 2010

El sol del 25: hablan los socios


La revista "Talleres siempre adelante" publicó en diciembre de 1945, un número especial dedicado a los campeones de 1925, en ocasión de cumplirse el vigésimo aniversario de aquél ascenso.

Compartimos los testimonios de dos socios albirrojos que presenciaron el histórico partido.

Los noventa minutos del gran match final, a través de un comentario sintético por los socios testigos del mismo.
Gerónimo Emiliano

Recurrimos al Sr. Gerónimo Emiliano, miembro de comisión en aquel entonces y socio Nro. 22, que dicho sea de paso ha sido nombrado vitalicio, para que nos diera impresiones sobre la actuación de Talleres en el primer tiempo, y en base a ella se hacía presumir el triunfo final.



"Con respecto a la primera etapa, he de manifestarles que el juego no alcanzó un nivel técnico preponderante, pero eso sí, acusó en los veintidós jugadores un entusiasmo y empuje que suplió la calidad. Talleres actuó bien en los primeros 45 minutos, aunque sus hombres lo mismo que sus rivales, eran presa de un estado nervioso, propio de ese encuentro, que conspiraba a su desempeño normal.



No obstante ello, la actuación de Talleres en lo que fue el primer tiempo, hacía vislumbrar el triunfo final y prueba de ello fue a los 17’ de este, no tenía chance alguna, pues su acción quedaba anulada dada su colocación opuesta al lugar que entraría la pelota, surgía Nouche, consciente del peligro que se cernía sobre su arco, y con una espectacular y providencial chilena, salvó el gol hecho, ahogándolo en la garganta de los hinchas de Talleres. Se destacaron en Talleres; Perinetti, Ravizza, Viegas y Serramía."

Juan B. Rossi

Prosecretario y delegado al mismo tiempo, de la cuarta división que se clasificara campeón ese mismo año del ascenso, tiene palabras de elogio para nuestra revista, realizado para dar al pueblo de R. de Escalada, y a la hinchada de Talleres en general, este número especial que constituye todo un documento gráfico. Enterado de nuestro fin, se dispuso a contestar inmediatamente las preguntas que les formulamos.
-¿Que impresión le causaron los muchachos horas antes del partido?-

Estaban en inmejorables condiciones físicas y morales. Luciendo excelente estado atlético y con mucha fe en la victoria. Además su magnífica campaña, que precedió a la final con San Telmo, daba una prueba fehaciente de su capacidad técnica y poderío de conjunto.

Y ello sobraba para ostentar optimismo, pese al antecedente poco grato de dos malogradas finales, de los años 1923 y 1924. Pero esta era la vencida, así nos aseguraban ellos. No hay dos sin tres, decían y en la tercera primero nosotros. Y no se equivocaron.

miércoles, 13 de enero de 2010

Pablito Comelli, no vió el gol del ascenso a pesar de hallarse en el escenario de la lucha


La siguiente nota fue publicada por la Revista partidaria "Talleres siempre adelante", de diciembre de 1945. Fue una edición especial que conmemoró el vigésimo aniversario del máximo logro deportivo de la institución: el ascenso a Primera División.

La nota, asi como las imágenes que acompañan al posteo, fueron cedidas por Gustavo Farías, a quien le agradecemos muchísimo la cesión desinteresada de gran cantidad de material, que iremos compartiendo durante el resto del año.


Pablito, figura simpática, querida y venerada por socios, jugadores y dirigentes, es un pedazo de gloria en la foja deportiva de Talleres, pues no sólo ha contribuído en noble esfuerzo a la marcha de la institución, sino también que ha prestigiado sus colores en épocas lejanas, cuando el fútbol se hallaba en gestación, y los hombres luchaban en justas deportivas hermanados por un solo ideal: el amor al club, haciendo una causa de honor la defensa de la divisa, que lucían con orgullo y la llevaban muy adentro en el corazón.

Ha sido testigo, del paso de numerosas generaciones de futbolistas que defendieron nuestros colores, compartiendo con ellos sus mismas emociones, sus mismos anhelos, viviendo jornadas inolvidables. Alegrándose con el triunfo, sufriendo en la derrota. Y precisamente de aquellas campañas que cumplió Talleres, en su carrera deportiva, la que más brillantemente historió, fue la del ascenso, en ocasión del memorable partido con San Telmo, donde para muchos, la nota más emocionante del mismo, la dio la jugada del gol, convertido por Carlos González.

Y el júbilo de esa conquista no fue saboreada en forma directa por Pablito, pues a pesar de hallarse en el escenario de la lucha, no vivió la emoción del gol, sino en una forma muy especial, que no dejó por ello de tener su parte dramática. En efecto, Comelli había decidido no salir de la casilla del field de San Lorenzo; deseaba permanecer lejos de los que protagonizaban tan apasionante encuentro, a fin de evitarse noventa minutos de tensión nerviosa e incertidumbre. ¡ no en vano había sido testigo de las dos finales anteriores en 1923 con Liberal Argentino, y en 1924 con Excursionistas, y sabía de la amargura de la derrota en ambas oportunidades! .

No obstante a pesar de su determinación, llegaban hasta su voluntario encierro los ecos de la entusiasta multitud; vivando a Talleres, vivando a San Telmo, o sea el ahogado grito de gol, o sea la aprobación unánime en forma de aplauso por alguna jugada de calidad.

Y así, en esa forma vivió los primeros cuarenta y cinco minutos del match, que resolvió repetirlos en el segundo periódo. Nuevamente el intenso y constante griterió del público alentando a su favorito; nuevamente el calor del aplauso, mientras el vivía íntimamente el drama del ascenso, quizás en una forma más torturante de lo que había imaginado; así lo decía ese constante e inacabado paseo que hacía de un extremo a otro de la casilla…cuando de pronto, la explosión de ¡¡¡ GOOOL!!!, que corearon miles de gargantas, lo paralizó en medio de su nervioso paseo, y allí mismo se agregó otra tortura “¿ de quien será el gol?”…

Sin embargo, poco duró esa incertidumbre, pues sonoros pasos de alguien que se acercaba por el pasillo de los vestuarios, lo saca de sus cavilaciones. La puerta se abrió secamente, y en el marco de la misma se dibujó la figura del señor Presidente, don Lorenzo Lainatti, quien con la emoción pintada en el rostro, se dirigió a Pablito, y sin mediar palabra alguna, se confundieron en un estrecho y sentido abrazo, mientras gruesas lágrimas, quemaban las mejillas de ambos. No hacía falta agregar más, los hechos hablaban con firme elocuencia, de quien se había puesto en ventaja.
Así lo comprendió Pablito… y el presidente y canchero, tomados del brazo, en democrática actitud, se encaminaron juntos, abandonando la sala de torturas, para ir a alentar a sus muchachos por la consolidación del triunfo.

Por Juan Gol

“Talleres siempre adelante”, diciembre de 1945


En la imagen superior, aparece Pablo Comelli.

La foto de la derecha, es de Lorenzo Lainatti, presidente de Talleres en 1925.