lunes, 16 de junio de 2008

La opinión de los hinchas...

Unos días antes del encuentro que disputaron Talleres y Lanús, pedimos la opinión de los hinchas de ambos clubes, en relación a la estrecha y marcada rivalidad que los separa desde hace décadas; nos llegaron gran cantidad de correos, de simpatizantes de ambos clubes, pero en su mayoría, el tono con el que se expresaban, era agresivo.

Decidimos publicar dos de estos correos; de un simpatizante de Talleres, Marcelo Blanco, y de uno de Lanús, Diego. Además, posteamos la opinión de un hincha de Comunicaciones, que también nos escribió.

Hola Ariel, te escribo este mensaje para felicitarte por la altura con la que contestaste el mensaje de un hincha de Lanús, un mensaje anónimo, pero bueno lo que importa es que con información nos enteramos de las manos que recibió el club Lanus, a nosotros el SUJETO que gobernó 24 años seguidos el municipio nos metió 2 manos pero encima para hundirnos, pero no lo logro, estuvo cerca eso es cierto. Si pudiéramos conseguir tierras para hacer aunque sea 2 canchitas para las inferiores y que practique la primera, hacer la pista de atletismo que tantas satisfacciones le dio a Talleres sería bárbaro, creo que esa seria la mejor mano de parte de las autoridades municipales, por supuesto que se agradece lo del partido y la ayuda del club Lanus (aunque me cause dolor interiormente) para que este se realice.Un saludo a todos los hinchas de TALLERES y felicitarte por el blog. Marcelo Blanco


Sres. del blog, buenas tardes:Yo soy hincha de Lanús pero habitante de Remedios de Escalada, específicamente Dardo Rocha y Marco Avellaneda, particularmente estoy de acuerdo con el partido como así también estoy de acuerdo con que el verdadero clásico de Lanús es Talleres a pesar de no verse en los últimos años.
Tambien entiendo que mucha gente del granate no este de acuerdo con la especie de ayuda que se dice le dará el partido a vuestro club, y esto es una lástima ya que mucha gente no querrá ir y seria un hermoso marco de no pasar esto, calculo que esta bronca data de la época donde Talleres firma el convenio con la gente de Vélez y muchos hinchas del rojo se mufaban de que Vélez iba a engrandecer al club y que esto no podría haberlo hecho un convenio con Lanús y luego sabemos como termino, Vélez jamás ayudó al club y lo dejo peor que antes, me parece que un convenio con mi club hubiese generado una sinergia mas que positiva para Talleres, debido a la seriedad de la dirigencia granate, no nos olvidemos que estuvimos peor que ustedes y nuestro presente nos tiene como un hincha lo sueña y con futuro mas que fructífero.
Respecto al tema de las ayudas políticas, no me interesa entrar en ese tema, yo soy hincha del fútbol y la política es sucia en todo y en todos los clubes lamentablemente.
Desde mi humilde opinión, les deseo toda la suerte del mundo, quiero lo mejor para Talleres ya que es el club de mi ciudad y por el cual tengo un gran afecto, espero que la gente de Lanús reconsidere su situación y llene la cancha demostrando un gesto de grandeza y solidaridad hacia el otro club importante del municipio.
Atte.- Diego

Hola Ariel.
Esta vez no te escribo para darte mi solidaridad, sino para transmitirte mi envidia (enorme y sana).
No lo puedo creer: DIEGO JUGANDO PARA TALLERES!!!!!
Te cuento que por un par de horas todos teníamos puesta la roja y blanca, en la piel y en el corazón.
Mi mujer me preguntó si estaba viendo un partido de futbol o una novela de Andrea del Boca. Tenía los ojos humedecidos.
Sin lugar a dudas estábamos viendo más que un partido. Estábamos frente a la vida msma.
Desde ya mis felicitaciones por la idea y por la organización.
Cuando vuelvas a la tierra, y si tenés tiempo, contame como lo vivieron y qué sintieron.

Aprovecho también a decirte que el blog es excelente. Es increíble que lo lleves adelante vos sólo.

Celebro asimismo el levantamiento de la quiebra.
Ojalá alguna vez Comu llegue a disfrutar de ese momento.
Como hincha conservo la ilusión intacta. Como abogado veo, en cambio, un futuro oscuro que nos va a destrozar el corazón.

Te agradezco el saludo. Ya fue transmitido.

Desde mi querida Agronomía, un abrazo, Fabián.

Dejamos un video de la entrada de Diego Maradona al terreno de juego , vistiendo la camiseta de Talleres, si bien la calidad no es de las mejores, se puede disfrutar sin problemas...

viernes, 13 de junio de 2008

Talleres Lanús:El partido del 11 de Junio


Este aspecto presentaba la Tribuna ocupada por la parcialidad tallarín , la noche del miércoles 11 de Junio: más de 8.000 personas, teniendo en cuenta que la popular visitante del club Lanús, cuenta con 14.000 localidades.
Al margen del resultado, la gente de Talleres copó el Estadio de Lanús, y sorprendió a más de uno. Los que no estamos sorprendidos, somos nosotros, por supuesto, ya que sabemos del esfuerzo que se hace para sacar el club adelante.
Esta foto, en cierta medida, hace visible ese esfuerzo.
Esta inmensa alegría, que nos damos los hinchas de Talleres, permanecerá en nuestra memoria por muchísimo tiempo, y realmente, se hace difícil mensurar las sensaciones en palabras, por lo que esta vez, dejaremos que la fotografía, hable por sí misma.
Párrafo aparte para la excelente conducta de ambas parcialidades, y el agradecimiento a todos los que hicieron posible esta fiesta, sea desde la esfera política, dirigencial ( a los responsables de los destinos de Lanús y Talleres) y también desde el aporte económico de diversas empresas, pasando por todos los presentes en la noche del miércoles.
Y por supuesto ,a Diego Maradona.
Tampoco nos queremos olvidar de mencionar el excelente trato recibido por la gente de Prensa de Lanús. Continuaremos subiendo una serie de fotos, y existe la posibilidad también de algunos videos.
Si nos quieren trasmitir sus impresiones, escriban a talleresdeescalada@yahoo.com.ar
Ariel Cappelletti

martes, 10 de junio de 2008

El Clásico Talleres- Lanús durante el período amateur



A horas del Clásico Talleres Lanús, e intentando justificar los resultados de la encuesta, ofrecemos un documento original, que se encuentra en elaboración desde hace mucho tiempo. En esta primera entrega ofrecemos un análisis del período amateur, y en posteriores posteos, alcanzaremos la totalidad del historial.

Agradecemos la colaboración invaluable y desinteresada de Diego Mochetti, Felipe Soutinho, Pancho Vázquez, y Fernando Godoy.

Dejamos una foto del equipo de Talleres de 1927.

Parados: D. Carrera, A. Pancelli, José Ravizza, Ángel Bosio, I Bulla y A. Serramía.
Agachados: F.López, J. Blanco, ángel Lombardi, Luis Zubizarreta y Leonardo Donadi.



Durante las primeras décadas del pasado siglo, se fundaron en la zona sur de lo que luego sería el Gran Buenos Aires, gran cantidad de clubes, generalmente para desarrollar la práctica activa del fútbol, de creciente popularidad. En Avellaneda, Racing se funda en 1903, mientras que Independiente nace en 1905 .El Porvenir surge el 12 de Septiembre de 1915, y tan sólo diez años después alcanza un meritorio tercer puesto en el campeonato organizado por la Asociación Argentina. Lanús es fundado un 3 de enero de 1915, y Talleres, surge en Remedios de Escalada, un Primero de Junio de 1906. Un poco más al sur, el club más viejo de la zona: Banfield, originario de 1898, que sería el primer club considerado chico, en alcanzar una final para dirimir el primer puesto en un torneo de Primera División, además de ser el club del fútbol argentino con mayor cantidad de sobornos comprobados. Temperley, nace el primer día de 1912, y Los Andes, surgiría exactamente 5 años después, un primero de Enero de 1917. Cuando el fútbol era desde hacía tiempo el deporte más popular, surge San Martín, en Burzaco, el Primero de Mayo de 1936, y posteriormente lo hará Brown de Adrogué (un 3 de Marzo de 1945).

Al margen de estos clubes, existen otras instituciones de escasa trascendencia, o que actúan en categorías menores durante unos pocos años, siendo parte sólo excepcionalmente, de los torneos organizados por la entidad madre del Fútbol argentino, como Sportivo Alsina o Marplatense.





El conjunto de Remedios de Escalada, accede por primera vez a la división mayor del fútbol argentino, para 1926, en tanto que su rival, participa de esa división desde 1920. Ambos participan de los Torneos que organiza la Asociación Amateurs.

Es por lo tanto, que se enfrentan por primera vez el 18 de Abril de 1926, durante la disputa de la tercera fecha del campeonato. Lanús vence 2 a 1 a Talleres, en Remedios de Escalada, que venía de dos victorias consecutivas. Talleres ocuparía el puesto 14, mientras que su rival, alcanzaría la sexta posición. Por la gran cantidad de conjuntos, y por que generalmente los Campeonatos culminaban una vez comenzado el año siguiente, los equipos solamente se enfrentaban una sola vez por torneo. Los tradicionales rivales se enfrentan al año siguiente, en 1927(cuando ya se habían unificado las asociaciones Amateurs y Argentina) en Remedios de Escalada, por la octava fecha, disputada el 8 de Mayo. Talleres es derrotado 2 a 0
Lanús alcanzaría una excelente posición, ya que terminaría tercero entre 34 equipos, sólo por debajo del campeón San Lorenzo, y de Boca, ocupante del segundo puesto. Talleres culminaría su participación en el puesto 23, aunque sin experimentar ningún peligro de descender.

Comentábamos que los torneos finalizaban entrado el año siguiente. Por el enfrentamiento que correspondía a 1928, Talleres y Lanús, recién jugaron el encuentro que debían disputar el 10 de Junio de 1928, por la fecha 4, al año siguiente, el 7 de Abril de 1929. Luego de dos enfrentamientos, de 1926 y 1927, Talleres logra su primer victoria frente a Lanús, al vencerlo en Remedios de Escalada 2 a 1.El Albirrojo finalizaría en la posición 18, mientras que su vecino ocuparía el puesto 13.
Vuelven a encontrarse ese mismo año, aunque por la disputa del Torneo de 1929, registrándose el primer empate entre ambos. Por la fecha 9, disputada el 20 de Octubre, en cancha de los granates, Talleres y Lanús igualan 0 a 0. Talleres culmina su participación en la sexta posición, producto de 7 victorias, 5 empates y 5 derrotas.
Lanús finaliza tercero, con 8 victorias, misma cantidad de empates, y 1 derrota.

El último enfrentamiento del período amateur, corresponde al Campeonato de 1930. Talleres lograría su mejor ubicación en un Torneo de Primera División al terminar en un muy meritorio cuarto puesto, entre 36 equipos; factor fundamental para que la comisión directiva, encabezada por Lorenzo Lainatti, decidiera al año siguiente participar de los Torneos Profesionales. El conjunto de Escalada, vence a su tradicional rival el 30 de Marzo de 1930, en la disputa de la segunda fecha. Por primera vez, Talleres triunfa 2 a 1 sobre Lanús en condición de visitante, en el recientemente inagurado estadio de General Acha y Arias (hasta 1928, los granates tenían su cancha en General Deheza y Margarita Wield, que contaba con una capacidad de 8000 espectadores). Talleres comienza el torneo de gran forma, ya que vence a Argentino del Sud en Escalada por 1 a 0.Visita a Lanús y lo derrota 2 a 1, empata 2 a 2 con San Lorenzo, derrota como visitante a San Fernando 4 a 0 y vence a Sportivo Palermo 2 a 1. Idéntico resultado, para vencer como visitante a Argentino de Quilmes, y victoria como local frente a Excursionistas, por 1 a 0. Esta excelente racha, la corta Independiente, que vence a Talleres 4 a 1, en Avellaneda, el 18 de Mayo de 1930.Es de resaltar que Talleres perdería su condición de invicto como local, el 28 de Diciembre de 1930, cuando Sportivo Buenos Aires, lo venció 3 a 2, mientras que Lanús finaliza en el puesto 28.

Según el periodista Pablo Ramírez, “La situación que imperaba en el fútbol argentino al finalizar la década del 20, era insostenible. Por una parte, los futbolistas deseaban legalizar las condiciones en que prestaban servicios a las diferentes instituciones, ya que hasta entonces y desde muchos años atrás, se practicaba el profesionalismo encubierto, lo que no constituía un secreto para nadie. Para reafirmar el deseo de obtener la declaración del profesionalismo, se declararon en huelga el 10 de abril de 1931. Por otro lado, era por demás irregular la forma en que se desarrollaban los campeona- tos de primera división, en los que participaba la exorbitante cantidad de 36 equipos, que disputaban certámenes de una duración tan extraordinariamente prolongada, que generalmente finalizaban en los meses de marzo o abril del año siguiente. Todo ello con merma no solo de la calidad de los espectáculos, sino también de las recaudaciones, porque muchos de los equipos intervinientes aparecían con las mínimas condiciones deportivas y económicas que la importancia del principal torneo requería. Era común al entrar el mes de febrero, que se procediera a suspender el campeonato, para reanudarlo luego de las fiestas de Carnaval.
Era indudable que la depuración que el fútbol estaba necesitando, llegaría con el profesionalismo, ya que éste traería nuevas exigencias que muchas entidades no estarían en condiciones de afrontar. No extrañó entonces ver enfrentados a los dirigentes de los clubes, que divididos en dos bandos, provocaron una nueva escisión (la tercera que ocurría en el fútbol argentino), lo que contribuyó a encontrar una solución. Esta llegó el 11 de mayo, en que al producirse la división, quedaron constituidas: la Liga Argentina de Football, en la que se agrupaban las 18 entidades que pocos días después comenzarían el primer campeonato profesional, por una parte, y la Asociación Amateur, formada con los clubes de segundo orden que se oponían a la división. Para 1931, Talleres contaba con 1100 socios, en tanto que Lanús tenía 2000.
Respecto de los inconvenientes propios de las nuevas instituciones , resaltamos dos breves menciones, aparecidas en diferentes medios impresos: para el caso de Lanús , una reseña aparecida en la “Historia del Fútbol Argentino”, (Tomo I, página 328, Editorial Eiffel.”), en 1958, comenta: “Las generosas donaciones de los “socios protectores”, permitieron que la institución se arraigara desde un principio. No existiendo los problemas económicos se formaron los cuadros seleccionando los mejores jugadores locales y trayendo los buenos elementos de la ciudad de Rosario”.

En un reportaje a Pablo Comelli (socio fundador, jugador y capitán del primer equipo de Talleres) que la revista “El Gráfico”, le realizara al prócer tallarín con motivo de los 50 años de Talleres, decía, en 1956:“Desde unos años antes, Talleres, por la visión de su presidente, señor Lainatti y los dirigentes que lo acompañaban en su gestión, había adquirido dos manzanas de terreno en el lugar que actualmente ocupa, en las calles Rosales y Timote. Talleres no tenía entonces dinero, pero si muchas esperanzas y especialmente mucha fe en el porvenir. Pagó por esas dos manzanas, 90.000 pesos, en cómodas cuotas anuales, según rezaba el contrato con la firma vendedora. Y terminó de pagarlo en 1937.”

viernes, 6 de junio de 2008

¡ Ma´ sí, dale para adelante!!!! ( tercera y última parte)


Finalizamos con la entrega del cuento de Jorge Suárez Armillei, el gran escritor tallarín.


Le agradecemos muchísimo a Jorge, quien nos dice ...

" Les envío el cuento de Diego,ya que se nos viene el 11/06 y creo yo que sería un buen homenaje. Te comento que por este cuento Víctor Hugo Morales hizo el prólogo de mi primer libro de cuentos "De Volea y al Angulo" ,de Editorial Dunken y también se encuentra en la versión corregida y aumentada de "Viaje al centro del fútbol ", que editó la Editorial De los Cuatro Vientos , a instancias de la Fundación PUPI para el proyecto Libros Solidarios Abrazo albirrojo"


Aquí, la tercera y última parte del cuento. Que lo disfruten...



Durante el giro ve que el entorno era una masa confusa, indeterminada. Piensa que está en alguna otra cancha, tal vez en el Parque Saavedra, en las Malvinas Argentinas, en Ezeiza, en las Siete Canchitas o en la Candela, qué lindo era ese nombre, y después de mucho tiempo (dos o tres años) supo que quería decir la luz. O estaba girando en cualquier otra cancha. Y mientras gira, en un gesto tan de él, va sacando la lengua.
Ya empiezan a quedar atrás, ante su rotación, los dos que lo habían venido a marcar en el medio de la campo; y acelera, claro, tiene cierto espacio, y, por qué no, tiempo. Siente (piensa) como si esa aceleración no proviniese de él mismo, sino de otro lugar. Algo que lo va impulsando hacia adelante, es un viento frío. Esto no se lo podía explicar así mismo, y en medio de aquel partido menos. Pero él podía hacer esas cosas, porque para eso él era él, y nadie lo podía comprender, como todo aquello que le va pasando en diferentes tiempos, que para él son segundos detenidos o vertiginosos superpuestos, y que para los demás son tiempos muertos o pedidos en la memoria.
A ver: ¿cómo explicar ese viento frío que se le apareció en medio de aquel día bochornoso de calor? Es como si un túnel de aire frío hubiese perforado el centro del aire denso y pegajoso de las dos de la tarde. Sí, y las sensaciones que le vienen con el frío son una mezcla de euforia y de angustia, que le ponen los pelos de punta, siente que aquel aire liviano viene cargado de aliento, un clamor que le canta como una letanía: “Qué él, le diera para adelante, qué con él, en aquel arranque, iban miles.” “¿Miles de qué?”, pregunta en medio de la aceleración.“De ojos”, le responden.
Son ojos que lo miran emocionados, entre los millones de los otros ojos. Aquellos ojos emocionados son diferentes, tienen algo que lo conmueven; y, en esa sacudida, él entiende la importancia de lo que está por hacer. No tanto ya para él, porque para él no es que todo era igual dentro de una cancha, sino que él tomaba con otra dimensión las cosas que hacía jugando al fútbol, muy distinta que para los demás, después, afuera de la cancha sería otro cantar. En medio de ese aire frío, siente que las miradas, provenientes desde allí, son cálidas, más cálidas que las demás, que lo siguen mirando. Pero es una corriente de calidez procedente del mismo centro del frío. Es algo que lo va llevando a una concentración sobre sí mismo, a sus momentos más sentidos, cotidianos: como cuando él se quedaba extasiado mirando al Papi pescando en la costa correntina del río Paraná o se reunía alrededor de un asado con amigos en el fondo de la casa, y tomaban cerveza o vino en esos jarros de aluminio rezumantes de transpiración, y estaban acuclillados cerca de la parrilla comentando partidos o anécdotas de pescadores o chistes. Y él se mira en esa escena con calidez, y es esa misma calidez la que le llega desde centro mismo del aire frío, desde las mismas miradas de los muchachos que estuvieron siempre con él, infinita y cálidamente con él. Y eso lo envalentona de una manera increíble, lo vuelve a una realidad crucial, porque ahora que lo piensa bien, tenía esas miradas a cuestas que lo impulsan, sí, y que lo alientan, también. Pero esas miradas son una responsabilidad extra, que él, hasta ese momento, no las tenía en cuenta, al menos dentro de aquel partido, que se le fue apareciendo de esa manera un tanto alocada antes de responder al periodista, y antes de mirar a la cámara.
“¡Qué cargado está este partido, carajo!”, grita para sí.
Pero él se tranquiliza porque debe serenarse, y ya le queda poco; faltarían unos cuarenta metros, nada más. Claro, uno dice cuarenta metros, y qué son cuarenta metros en el mundo, nada, y aquí lo son todo. Él piensa en su cabecita de nene, cuántas cosas que hay dentro de una cancha fútbol, y que él jamás se había dado cuenta de todo aquello.
“Porque para mi jugar es lo más importante a pesar de que la cancha esté cruzada por todo esto y mucho más -se iba diciendo-, pero la mirada de aquellos muchachos...”
Siente un escalofrío merodeándolo en aquel arranque en el campo contrario, y se le aparece una estepa rodeada de mar, una planicie llena de caras agarrotadas de frío, un humo denso como una mortaja, ve la desolación y el abandono en medio de aquello. Se ve así mismo o ve al Negro o al Beto o a todos, abandonados y ausentes. Ve a madres, miles de madres pidiendo, rezando por aquellos que lo alentaban desde las miradas cálidas en medio del frío. Todo lo atravesó y lo impulsó aún más, porque, ahora sí, todo sería aún más. Aquel partido era aún más que cualquier otro.
“¿Pero qué será todo esto?”, se pregunta.
Él hace ese gesto tan de él, ese menear de cabeza y la boca tensada hacia las comisuras labiales, y deja ver sus dientes como pequeñas cuentas resplandecientes, y larga un insulto como una descarga, y ahí sí, se dice, lo que él siempre se dirá así mismo en todos los momentos cruciales, que no ha vivido, pero que ya vendrían, y ahora más que nunca, se grita interiormente:
“¡ Ma´sí dale para adelante!”
Porque la cosa no estaba para reflexionar tanto, sobre todo porque ahora venía lo más difícil, eran esos cuarenta metros finales.
Y, por fin, engancha con la zurda hacia adentro, en una maniobra que deja en el camino a un rival más, que lo salió a atorar desmañadamente. Pero él con un saltito casi displicente y con el envión del aire frío y de las miradas cálidas, toma una velocidad inusitada. Ahora, ya veía lo que iba venir: el tenía esa sensación mientras corría y sentía el contacto con el fútbol, de que aquello ya lo había vivido. En realidad, todo lo que le iba pasando era como un recuerdo que venía de un tiempo venidero. Justo antes de hablarle a aquella cámara que tomaría su imagen, y su candidez que sería reproducida hasta la perpetuidad, que conmovería a generaciones; y la pregunta increíble para su edad hecha por aquel periodista inconsciente de lo que estaba haciendo... Ahora, le vuelve la tensión de llegar a los últimos metros, y él, ya en tres cuartos de cancha, sintió que aquello se le parecía a un partido jugado en la cancha de Fénix, y que veía la misma jugada o similares desde diferentes momentos, ángulos y lugares, y en todas había arrancado desde muy atrás. Se acordó de que en una jugada parecida a la que se fue apareciendo, la estaba jugando en un estadio gigantesco y antiguo, como una especie de templo medieval donde habían metido un cancha de fútbol. Era algo que más que una visión, era como un sueño, un estadio que tenía sus cúpulas tapadas por una niebla densa (que no se parecía a la del Riachuelo), y donde el sol parecía un recuerdo inconcluso; y vio un calcó de la jugada que está haciendo, ahora en la tarde calurosa. Mientras la voz penetrante de un chico, le surgía desde algún lugar en su cabecita de chico también, le pareció que era su propia voz, que le advertía: “¡Tené cuidado!”.”¿Pero cuidado de qué?”, se pregunta con cierta desesperación porque todo aquello ya no era normal.
Sí es que había algo de normal en todo lo que le iba pasando. Pero que él normalizaría a lo largo del tiempo como una nueva cultura futbolera que irrumpiría, no se sabía de dónde ni por qué. Mientras le resonaba aquella voz penetrante, él se iba metiendo en el área grande adversaria, porque ellos (los contrarios) dudaron; y claro lo que su propia presencia imprevisible empezaba a sembrar, entre los contrarios, eran grandes dudas. Ni que hablar si lo empezaban a subestimar, aunque los contrarios ya lo iban conociendo (esto es también una manera de decir); porque él sabía que ante la confianza o la subestimación o las dudas de los rivales, él, era letal. Y eso que le estaba sucediendo en ese momento de aquel partido (la duda del último hombre de ellos), le posibilitaba seguir avanzando para terminar la jugada; y un compañero de él (el wing izquierdo), al que no reconocía, iba abriendo la cancha y le va marcando el pase final para definir la jugada en gol, porque no podía terminar en cualquier otra cosa todo aquello, sino en gol. Y ahí, se acordó de la vocecita aguda de aquel chico, como un clamor, que le advertía qué tuviese cuidado de no repetir la otra definición frustrada de la misma jugada (porque todo parecía serla extensión de una misma jugada hecha en diferentes tiempos y espacios), que él crearía en aquel templo medieval neblinoso del sueño, y que ahora, que veía bien, le parecía que eran los mismos rivales del partido detenido del pase del Negro.
Aquella duda de los contrarios era un desafío que aprovecharía rápidamente. El último hombre (el líbero), que quedaba antes del arquero, decide salir a cortarle la marcha; pero él, con ese envión del viento fresco del sur, se sentía otro y el de siempre, junto a la calidez de las miradas de los muchachos en medio del frío. Entonces, se abre hacia la derecha del área grande (hacia fuera), y lo deja atrás (al líbero) Y, otra vez, la voz del niño remota pero cercana a la vez. Una repetición ilimitada que le cala el cerebro; y él se dice, que no puede distraerse, y que cree entender lo que le advierte. Mientras ya tiene en vista al arquero (de frente) que le sale a achicar el ángulo de tiro. Él le amaga hacia la izquierda (hacia adentro) y sale hacia la derecha, dejando desparramado al arquero, y ahí sí, la toca al gol, mientras siente un patadón artero; era uno contrario desesperado que volvía a marcarlo. Mientras se cae, sigue escuchando la voz del niño que le va gritando: que le hizo caso y que definió bien, como se lo dirá alguna vez.
Y el delirio del festejo con el Negro y los otros. Y aquellas miradas cálidas de los muchachos se hacen voces como trompetas que le llegan desde todos lados. El estadio donde está jugando se le aparece por primera vez, y es gigantesco, ahora puede distinguirlo. Trata de sacar su mano para hacer señas de victoria ante la montonera de compañeros que lo abrazan, y se ve corriendo y festejando con su boca redonda, boca proyectada en todos los ojos que lo están mirando, y ve dos soles casi cenitales sobre la cancha, (con razón siente tanto calor) detalle que no puede entender, y de vuelta se ve agradeciéndole al BARBA en miles de estadios, de potreros y de descampados, gritando y saltando como un desaforado.
Entonces:
Escucha una pregunta que lo trae a una realidad casi estática, pero increíble:
-¿Cuál es tu sueño, Diego?-, le preguntó el periodista
- Mi sueño es jugar en la selección y salir campeón mundial con Argentina -, respondió.
Y Diego se fue a bañar, y salió con ese candor inalterable en los ojos y con su único pantalón de corderoy turquesa y el bolsito marinero azul para cruzar, otra vez, Puente Alsina rumbo a Fiorito.

Fuente de Datos del libro“Yo Soy El Diego” (de la Gente), Editorial Planeta.

Cuento del libro De volea y al ángulo. Año 2005.

A Diego Armando Maradona (el Pelusa) y a todos los hinchas del fútbol, en especial a los argentinos.
A Víctor Hugo Morales y a su Barrilete Cósmico.
A Cortázar y a su Perseguidor.

miércoles, 4 de junio de 2008

¡ Ma´ sí, dale para adelante!!!! ( parte 2)

El Puente era una acceso a otro mundo: cuando él lo cruzaba con su bolsito azul marinero, y sus mismos y únicos pantalones de corderoy en pleno verano. Mientras su par de ojos miraban al Riachuelo como quien mira una frontera que debía cruzar. Acordarse justo ahora en medio de este partido de Puente Alsina, era como para volverse loco, pero retoma de volea esa sensación que le daba el cruce del Puente: era de aventura, era de lucha por un lugar en la tierra, por ser él (que ya era), era una posibilidad de gloria con su amada (la pelota) deseada en mil sueños, en mil noches, después del picadito en el descanso, mirando las estrellas inconmensurables junto a sus amigos el Negro, el Beto y los otros atorrantes que soñaban despiertos. Todos esperando que cayera una estrella fugaz, y ahí sí pedir un deseo: justamente jugar el partido que él está jugando en esa detención del tiempo. Y el calor que lo gana con bocanadas exasperantes, devolviéndolo violentamente a aquella realidad, que ahora es una circunstancia cierta y palpable.
Como el asomo, inesperado, del gusto y del aroma inconfundibles de aquella única porción de pizza paladeada entre él y sus amigos. Manjar perdido y restituido una y otra vez, sublime, que le daba el límite con la pobreza. Sí, y la evocación de aquella exquisitez degustada en un único mordiscón por cada uno de sus amigos, que él lo asemejaba al reencuentro con el misterio de Puente Alsina.
¡Cuántas cosas que le iban pasando simultaneas! Pero la realidad era que él sólo entendía a su mundo. Un mundo que siempre estuvo en su cuerpo y que lo había llevado a sus pies, a la armoniosa aurora que emitía su estampa petisa, retacona: fuera de todo molde, de todo arquetipo, de todo estereotipo y... “Enano”, le habían dicho, “éste es un enano” (porque no le creían la edad que tenía para jugar al fútbol); y él se reía de los que le decían aquello, y qué otra cosa podía hacer.

“¡Sí supieran todo lo que tengo en el corazón, y en todo lo que soy!”, se dice para sí.
Y en ese momento se acordó del Bocha, y no supo por qué. Aquel jugador que lo había cautivado desde su ignota cabecita de nene en una tribuna, gigante, en esos partidos de la Copa Libertadores de América; y no le alcanzaban los ojos para mirar al estadio iluminado como embadurnado con esa pátina de misterio nocturno, que a él tanto le gustaba y que le parecía asistir a un acto histórico ineludible, legendario. Partidos que iban a quedar en la memoria de él mismo y de los hinchas, que era lo más importante después de todo.
El Bocha lo gana con su fisonomía tan particular, chaplinesca, y con su forma de andar como pisando huevos, con sus amagues de prestidigitador, y que él ahora reflexiona, cuánto aprendió de aquel jugador, que en ese mismo partido (el de la jugada del pase del Negro) presiente que mismísimo Bocha forma parte de su propio equipo, algo que no puede entender, pero que le parece tan real.

¡Pero cómo tarda la pelota, que ya tendría que estar acá, la veo venir pero hay algo que la demora. ¿Seré yo?”, piensa.
Ahora, la pelota se va abriendo paso entre el calor y lo inexplicable de su lentitud, y él, ya está por pararla y darse vuelta. Intuye que cuando tomara contacto con aquella bola, y cuando se diese vuelta con el balón dominado en el pie zurdo, no habría retorno: “¿pero retorno a qué?”, se pregunta.
Entretanto el fragor del partido comienza a acelerarse, y va tomando el ritmo normal de todos los partidos. Él va a buscar la pelota para armar la jugada, y siente la insistencia de ese mundo que lo mira, pero el mundo que él tiene es la pelota. Porque él y la pelota han sido una realidad que se parecían a una ficción, a un ensamblaje del destino que ha adquirido, pero que jamás se había preguntado por aquel misterio que lo iba rodeando, desde que él era, precisamente él: un chico de barrio que jugaba al fútbol. Nunca supo por qué le había tocado aquella condición, aquel destino, aquel avatar, todo le sucedía porque le sucedía, sin más. Siempre lo habían visto como algo fuera de la realidad, pero, a la vez, eran tan real, que a veces lo subestimaban, porque él ya se iba transformando en una asombro cotidiano. Era indiscutido que él no podía despegarse de sí mismo para entender por qué, de última y de primera, él era él, y nadie le podía decir lo contrario.

Ahora, que le llegó el pase del Negro, esta girando sobre su mundo o sobre la pelota que para él es lo mismo. El mundo a sus pies ante el otro mundo de ojos que lo sigue mirando: atónito. Tiene que encarar, como lo ha hecho siempre, sin arrugar, con la valentía que le han infundido tantas partidos o batallas, cuando salían a pegarle o a admirarlo o ambas cosas. A veces, no sabía bien si los contrarios no tenían los dos sentimientos contradictorios sobre él, que lo único que quería hacer en la vida era jugar. Claro, el mundo no podía entender que todo para él sería un juego, a veces se tornaría algo intolerable para ese mundo, y el mundo se enojaría o no, con él, si él jugaba con el mundo. Muchos lo entenderían y lo seguirían hasta el infinito, que para él era esa amalgama de fútbol cotidiano, de fútbol a toda hora, del rugir de las multitudes imaginarias o de los pibes jugando en una canchita perdida en cualquier lugar del planeta. Un mundo que pocos entendían. Sí, fue necesario nacer en un arrabal, porque así entenderían que desde allí saldría la esencia del fútbol, como una luz nueva que no se apagaría jamás. ¿No se apagaría jamás?. No, no se apagaría. Porque él veía, como un niño, qué lo único que quería era jugar desesperada y tranquilamente al fútbol, y decirle al mundo: qué eso era infinitamente más transformador que todas las teorías y los poderes inventados para justificar al propio mundo. Sí, aquel mundo lo vendría a buscar o ya lo había buscado, y también lo tendría que gambetear, como siempre, encarándolo.

Ahora, ya está cruzando la mitad de la cancha, él viene a buscar la pelota muy atrás. A él le gustaba arrancar desde el fondo, desde la función de un zaguero central o tal vez de un centro half: “desde atrás de la cancha uno siempre tiene mucho más panorama”, siempre lo ha dicho.
Sí, a él le habría gustado ser defensor central porque desde allí podía ver todo el campo, como una inmensa llanura o un mar (jamás visto) que se le abría inconmensurable. Era tener una sensación mayor de libertad, como para poder avanzar con más panorama, con mayor visión. Y sobre todo inventar aperturas de jugadas, una sucesión de movimientos tácticos, como si fuera un gran ajedrez humano, que él manejaría a su antojo o, tal vez no, una jugada que hilvanaría hecha a pura presunción con otros chicos o muchachos. Claro, el fútbol tenía mucho de racional pero a él le gustaba la imprevisión, toda la sorpresa, toda la intuición, como jugar al fútbol en medio de la noche tal cual lo había hecho en su barrio, allá, en el sur del Gran Buenos Aires, cerca del Camino Negro. Sí, el Camino Negro se le aparece imprevistamente, el Camino... tiene un horizonte que todavía posee mucho de pampa, de ilimitado, de una sensación de libertad que crecía en su cabecita de nene cuando miraba aquel espectáculo que lo abrumaba. Tener todo la cancha o el campo o la pampa para jugar, para liberarse de ese mundo (que lo sigue mirando embobado), y de sus limitaciones, de sus opresiones, del frío y del calor dominando la casa del sur suburbano. Un rancho digno de chapas que se goteaba con la condensación o cuando llovía; y le sobrevenía el escalofrío de dormir mojado, sintiendo que el calor del cuerpo se concentraba esperando al amanecer para tomar un mate cocido caliente. Y escuchaba el sonido en la madrugada: una débil luz que rondaba la cocina a tientas para no hacer ruido, y no despertarlo a él y a sus hermanos. Y la lluvia y el frío asediando... Mientras su padre, en un silencio reverencial, salía rumbo a la fábrica en el mundo quieto de la madrugada. Él jamás había entendido como alguien podía habituarse a vivir levantándose a esa hora, y después tener buen humor o no tenerlo, y que le volara una cachetada. Pero él lo entendía al Papi, sabía de su sacrificio y somnolencia casi perpetua. Cuando todo cesaba, y el Papi ya se alejaba con el último sonido de la puerta de calle, él rezaba por aquel que era engullido por la madrugada, donde todo tenía el sentido de la niebla del Riachuelo o de la lluvia o el olor de la quema o del rocío que hacían resbaladizas las calles de barro. Y un disparo lejano y seco rayaría el alba, y el miedo que le sobrevendría con el silencio o con los gritos. Y él se dormiría pensando y rezando, en que todo saldría bien. Y a la siesta volverían a estar juntos con el Papi. Mientras la vida tendría ese nuevo regusto diario de la familia y del fútbol jugado sin límites, desaforada y alegremente sin límites. Y la tarde vendría con el magnetismo cotidiano del potrero, volvería a tener, como siempre, esa sensación inaudita de encontrarse con la pelota, y con los mismos gestos que armarían un ritual infinito del pan y queso. Y a él, lo elegirían primero para formar el equipo. Y él, desganadamente, con un poco de vergüenza, diría que sí, y que tal vez ya lo llamarían por el apellido como un signo de respeto o de admiración o de algo que él no comprendía pero que comenzaba a hacerse evidente ante una realidad inocultable, que él empezaba a tener para los otros: un espacio, una imagen, como una rúbrica, tenía un apellido que empezaba a recorrer las bocas, los gestos de admiración de propios y extraños, y lo nombrarían como quien nombra a un alguien. Sí, él empezaba a sentirse un alguien en medio de su infancia y de un mundo que no comprendía, ¿él con 10, 11, 12, 15 o cuantos años, una personalidad, un alguien? Pero él se reía, a escondidas (tapándose la boca con la mano ahuecada) de todo aquello, porque justamente para sí: él ya era un alguien al margen del mundo y de todos, pues todos somos un alguien le había enseñado el BARBA, y, esto sí, que lo haría trascender aún más que el propio fútbol. Y él se reía a escondidas hasta llorar, y quedarse sin aire.

- El tiempo no existe para mí,- musita - por lo menos cuando juego al fútbol, como existe para toda esta gente, que ahora me mira.
Sí, él inocente, desesperadamente inocente y con una autoridad que ya parecía excederlo en las situaciones que protagonizaba.

No, todo era un invento de sus sueños infantiles, todo aquello tenía algo de inexplicable, de incomprensible, y se le mezclaban aquellos otros medios días pasados, con ese sol intolerable y cenital de la visión del partido detenido que tenía mucho de insólito, y al que él ya se iba acostumbrado. Porque para él no había nada de ajeno, de insólito o de extraño en una cancha, y eso que había ido a muchas, y todas las que aún le faltaban. Pero un reflejo de luz lo devolvió a la lentitud del mediodía; y la pelota venía sencillamente a posarse en él con una mansedumbre incalculable, con algo de paloma, que el hecho de verla así, lo estremeció. Sintió (pensó) que aquel nuevo encuentro no sería el mismo que él de antes. Tenía todo: era el acceso o la apertura a una nueva dimensión futbolera. Era como un acto inaugural que abriría infinitas puertas; y él se pregunta, si podría asimilar aquella presunción y comprender a esas puertas entreabiertas que, desde allí en más, tendría que cruzar, como si fuera un laberinto de imágenes o de espejos que reflejarían su propia figura; y esas imágenes serían proyectadas en las ahora millones de millones de pupilas, que lo seguían mirando. Dejó que todo aquello discurriera lentamente, que se fuera diluyendo en el sopor de la tarde, y trata volver al partido para jugarlo de una buena vez; y todo volvía estar en un paréntesis del tiempo, que él ahora entendía o no, o no le importaría entenderlo. La cuestión era que estaba en el baile, y había que bailar hasta con la mas fea, como siempre le había dicho el Papi, pero había que bailar. Él no rehuiría jamás un enfrentamiento, una guapeada, una audacia, le gustaba la temeridad por el sólo hecho de que él sabía quién era él. Era esa seguridad cándida e inaudita que transmitía, y que él no podía ni quería dominar. Como ahora que está por responder la pregunta ante el ojo de la cámara que lo mira, impávido, y ahí entiende que todo está por comenzar. Ya con la pelota dominada encara, casi con displicencia, a los dos adversarios que lo salen a marcar casi en el medio de la cancha. Cuando él gira sobre su propio eje como un trompo, como despegándose de la inmovilidad o del letargo de aquel medio día. Pero ese eje es su propia pierna zurda, qué él mira. La mira con el asombro de quien no reconoce su propia pierna, y la había visto tantas veces, obvio que era su propia pierna, ésa que lo ha acompañado desde siempre, desde que jugaba en pata en el campito de atrás de la casa y que un día, ahora se acuerda, justo cuando estrenaba las zapatillas Pampero una espina se la había agujereado, y la Mami casi lo mata... ( continuará)..

Fuente de Datos del libro“Yo Soy El Diego” (de la Gente), Editroial Planeta.

Cuento del libro De volea y al ángulo. Año 2005.

A Diego Armando Maradona (el Pelusa) y a todos los hinchas del fútbol, en especial a los argentinos.
A Víctor Hugo Morales y a su Barrilete Cósmico.
A Cortázar y a su Perseguidor.

domingo, 1 de junio de 2008

1ª de Junio de 1906- 1ª de Junio de 2008: 102 años de existencia.


Hoy, Primero de Junio de 2008, nuestro querido Talleres , cumple 102 años. Celebramos con toda alegría nuestro aniversario, ya que viene con la noticia del levantamiento de la quiebra, que tuvo a maltraer la vida del club durante casi 9 años.
Invitamos a todos los hinchas de Talleres , a estar presente el Miércoles 11 de Junio , cuando en cancha de Lanús, enfrentemos al equipo local, para celebrar el cumpleaños y el levantamiento definito de la quiebra.


"...En los pajonales de la laguna de Bordoli, allá por los principios del siglo XX, un grupo de jóvenes muchachos le daban forma a sus pasiones. Entre ellas la práctica activa del Foot-Ball, deporte con el que pretendían emular las hazañas de los ya famosos hermanos Brown. Deporte que se insertó rápidamente entre las costumbres de los argentinos y sobretodo pasó a ser uno de los pasatiempos preferidos de los empleados del ferrocarril. El paraje denominado como “Los Talleres” (hoy Remedios de Escalada) pasó a ser el escenario principal de importantes duelos futbolísticos, sobretodo cuando estos emprendedores y cimentadores de actividad en nuestro país, comenzaron a mezclarse en los desafíos con aquellos ingleses locos en el coqueto estadio del Lomas Athletic Club. Con el transcurso del tiempo, un día de 1906 varios de ellos que pertenecían a un cuadro formado en la localidad de Banfield, llamado General Paz, casi lindante con los Talleres hicieron un desafío muy importante que terminó 0-0. El gustito, las ganas y las ansias de tener una cancha, que los de General Paz no tenían, comenzó a calar hondo en ellos; de allí surgió el interés de éstos en querer formar entre ambas barriadas una entidad que posea un equipo fuerte, poderoso, temible para la época.Su primera reunión informal la llevaron a cabo en la esquina de las calles Pavón y Sarratea. En dicho sitio resolvieron realizar una verdadera asamblea en la casa de Enrique Tait. La cita fue el 17 de mayo de 1906. Esa noche con la presencia de Alberto y Heriberto Allan, Silvero Brana, Juan, Alfredo y José Nervi, Sebastián Plaul, Jorge Schinvergk, José Garibaldi, Raúl y Juan N. Perinetti, Diego y José Mac Lennan, Agustín Yraizoz, Jorge Rezzoagli, Pablo Comelli, Dionisio Mac Crokie, Baltasar Pedroni, Francisco Sánchez, Francisco Rodríguez, José Rey, Juan Pérez, Emilio Embebe, Enrique y Juan Pyke y el citado Enrique Tait; se resolvió por unanimidad la unión de las dos barriadas y formar así un club que con asiento en los Talleres F.C.S. se llamaría Talleres United Football Club. La institución en sí cobró vida el 1 de junio de 1906 y su primera Comisión Directiva quedó constituida de la siguiente forma: Presidente: Jorge Rezzoagli; Secretario: A. Yraizoz, Tesorero: Diego Mac Lennan, Capitán del primer equipo: Juan Perinetti; Vice capitán: Pablo Comelli, Capitán segundo equipo: José Nervi y Vice capitán José Rey; mientras que una comisión compuesta por cuatro miembros se abocaría a la confección de un Reglamento, la cual estuvo constituida por Alberto Allan, J. Rezzoagli, Francisco Rodríguez y Raúl Perinetti.Su nombre se lo debe a Alberto Allan, en virtud de la unión de las dos barriadas, mientras que los colores rojo y blanco (como los del famoso Alumni), fueron elegidos a sugerencia de Pablo Comelli y Emilio Embeje. Las primeras camisas tuvieron que ser confeccionadas con retazos de géneros por las madres y hermanas de los jugadores, como fueron de distintas telas quedaron confeccionadas totalmente distintas, a punto tal que entre las once, no había dos iguales, tal es así que al arquero Emilio Embeje, se le hizo la camisola del mismo color que al resto y la de Diego Mac Lennan era totalmente roja en la espalda y blanca en el frente; mientras que la cancha primitiva que albergó los primeros encuentros estuvo enclavada en los terrenos baldíos cedidos por Martín Fernández entre las calles San Martín, Vidal, Príncipe de Gales y Lisandro Méndez. Su primer desafío fue el domingo 10 de junio de 1906 ante un equipo de Banfield en forma amistosa, ganó 1-0 con gol de Comelli y obtuvo un trofeo en disputa que era un caballo de bronce, fabricado en los Talleres del Ferrocarril. El trofeo luego desapareció misteriosamente de la casilla en la cual lo guardaban..."

viernes, 30 de mayo de 2008

Hace 16 años...


..., un 30 de Mayo como hoy, Talleres enfrentaba, por última vez a su clásico rival.
En esa fría tarde de fines de otoño, y actuando como local en la cancha de Los Andes, Talleres derrotó 1 a 0 al entonces campeón , Lanús, con gol de Damián Yáñez. Con esa victoria, Talleres logró asegurarse su participación en el Torneo reducido, que otorgaba la posibilidad de pelear por un ascenso a Primera División. Además Talleres se convirtió en el único equipo que no perdió frente a Lanús, quien con el ascenso conseguido, iniciaría la mejor etapa en su vida institucional.

Dejamos una foto, cedida gentilmente por Julián Álvarez, del impresionante aspecto que presentaba la popular local, copada por miles de Tallarines.

miércoles, 28 de mayo de 2008

¡ Ma' sí, dale para adelante !!!!


Jorge Suárez Armillei, un habitual colaborador del blog, nos envía un cuento de su autoría, para despertar nuestra imaginación de ver nada menos que a Diego Maradona con la camiseta de nuestro querido Talleres...en dos entregas más, lo estaremos completando .

Le agradecemos muchísimo a Jorge, quien nos dice ...
" Les envío el cuento de Diego,ya que se nos viene el 11/06 y creo yo que sería un buen homenaje. Te comento que por este cuento Víctor Hugo Morales hizo el prólogo de mi primer libro de cuentos "De Volea y al Angulo" ,de Editorial Dunken y también se encuentra en la versión corregida y aumentada de "Viaje al centro del fútbol ", que editó la Editorial De los Cuatro Vientos , a instancias de la Fundación PUPI para el proyecto Libros Solidarios Abrazo albirrojo. "



¡ Ma´ sí, dale para adelante!!!!

Ya se sabrá porque abre los ojos ante la pregunta deseada por él, a esa edad, y porque emana esa candidez que estremece. Mientras la fascinación de su mirada deja traslucir para sí, imágenes tras imágenes: entonces ve que el Negro le da el pase (es el Negro, pero se parece a otro).
Ve, que es uno más entre tantos pases que ha recibido en un partido de fútbol. Pero hay en él y en el pase, un momento fijado, detenido, apenas unos instantes de sosiego, de concentración en medio de aquel vértigo (aún estático) que se le va apareciendo.
Es un partido que no se parece a los encuentros que él ya ha jugado. Y él es él (pero también está cambiado).


Y la pelota no le llega. Es raro porque aquella bola tarda más de lo común. Y el pase del Negro viene limpito. Claro, él lo mira extrañado como si se estuviera demorado en un espacio, en un vacío que lo hiciera más denso y más lento, y a pesar de todo percibe que ese balón viene cortando el aire bochornoso de la tarde. Siente (piensa) que es una pelota dada como quien da un apretón de manos o una caricia o un suceso o una señal, que él aún no puede entrever.
“¿Pero por qué se me aparece esta jugada casi inmóvil en medio de un día de calor insoportable?”, se pregunta.
Como un chicotazo escucha el zumbido de las chicharras. Le surgen los picados en la siesta, con el verano a pleno, casi a la vera del Riachuelo. Y ése otro calor (el de la jugada inmóvil), le parece trivial. Es una banalidad al lado de aquel calor que le sobreviene imprevistamente.
“¡Sí, aquellos picados!”, evoca para sí, mirando al infinito.


Eran a las dos de la tarde. En un páramo casi a la vera de las vías del tren. Con la transpiración y la tierra ajustadas al cuerpo, curtido de intemperies, como una indumentaria deportiva hecha a medida. Protectora. O aquello que habían inventado, junto a otros chicos, con el Negro y el Beto, de jugar a oscuras cuando la niebla de la quema y la noche lo iban invadiendo todo, con ese hedor traído por el viento norte. Y él y sus amigos se divertían igual. Porque era gracioso adivinar en la penumbra a la pelota que se iba trasformado en una masa imprecisa, confusa. Y jugaban a ventearla, como la intuían, aquellos chicos desarrapados y mugrientos en medio de la alegría de un inmenso descampado suburbano. A oscuras. Porque jugar a tientas al fútbol tenía el sabor de lo indeterminado, de lo desconocido, de lo imprevisible como si algún director técnico inmaterial los estuviera entrenando, y les indicara qué hacer en la invisibilidad de la sombras. Se acostumbraron a jugar y a adivinar el camino secreto de la pelota, como si fueran a predecir las ondulaciones del tiempo o del juego. Chicos haciéndose a pura intuición, chicos encantadores del movimiento y de los pases que serían como pequeños presagios del destino; tal cual lo que le sucede a él, ahora, en ese hueco del tiempo, y en la fijeza de la tarde, con ese pase que espera del Negro, antes de responder al reportaje... Y le vuelve el olor lejano de la quema, que no lo deja salirse de una realidad a la cual no quería acceder hasta entender que significaba la visión de ese partido extraño. Porque él quiere evadirse de la niebla y de la quema que lo va invadiendo. Y regresar de esta manera a la jugada inmóvil.


“No me acuerdo de haber jugado nunca este partido ¿Y de quién será esa mirada fija que siento mientras viene el pase del Negro?”, se vuelve a preguntar.
Sí, porque hay allí una mirada, como una obstinación o un embobamiento. Él presiente que son muchos ojos que lo intimidan, que lo observan, como quien percibe a una posibilidad. Lo miran, como quien mira a una presunción o a una liberación, que él le dará a esos ojos (que sospecha) llenos de asombro.


“¿Se asombrarían porque alguien juegue? No puede ser... Sí, tal vez será demasiado para ese montón de ojos que me miran”, se dice en una respuesta que lo sorprende.
Pero él, a eso, no lo puede comprender, y menos a esa edad.
Trata de volver. De volver a la pelota del pase del Negro, y sacarse de esta manera la mirada de encima.
“Éste es el momento”, se dice.
Pero la pelota no le llega todavía en aquel día soporífero de calor e irresistible de luz. Se percibe perplejo. Porque al no llegarle la pelota aún a sus pies, aquel hecho lo incomoda, lo hace sentirse un poco desnudo. Desnudo ante ese mundo de ojos que lo sigue mirando, y aquello le da un poco de rubor y de pudor.
- Pero ya va llegar esa pelota mansita a mi zurda, como siempre, - musita para sí - y ahí, sí, todos estos ojos y el mundo se borrarán, y serán apenas un recuerdo.


Ese espacio en el tiempo aletargado, donde él se ve junto a la pelota, se le va pareciendo a un presagio, que no sabe si es bueno o malo. Pero lo que él sabía, sin dudar, era que el BARBA (como le dice entrañablemente a JESÚS) siempre estuvo junto a él. Nunca lo había abandonado. Era como si él hubiera tenido un diálogo infinito con ÉL (con mayúsculas). Un diálogo íntimo, privadísimo, interior. Porque él siente que el BARBA soplaba su hálito para que él jugara, se divirtiera, y grabara gambetas como sellos futboleros o una marca, que se iría convirtiendo en la de él, y que quedará en la memoria de multitudes increíbles, soñadas, desconocidas. Sí, el BARBA, le daría el valor suficiente para enfrentarse sólo a un estadio abarrotado de espectadores, más de cincuenta mil almas mirándolo obnubilados. Es ese valor que le dará ÉL (otra vez con mayúsculas), y las plegarias de su MAMI (también con mayúsculas) que le infundirán el impulso definitivo, el hálito que él necesitará para enfrentarse al destino. Él jamás se olvidará cuando todo aquel estadio lo aplaudirá y le gritará: que él, se quede, y que los profesionales, esperen. Cuarenta, cincuenta mil hinchas hipnotizados cuando él hará un jueguito como un conjuro. En un campo deshabitado todo para él y su figura diminuta, que se agiganta, ocupando el centro del campo verde. Miles apretados en las tribunas, embelesados, mirándolo. Metidos en un juego incesante para que la pelota o el mundo (no lo sabía bien), no tocaran el suelo.


“Sí, ahora caigo, - reflexiona - eso es lo que verían, o creerían ver cuando hago jueguito, es como si la pelota se fuese pareciendo al mundo, que flotaría por el aire, sin tocar el suelo o la realidad ¡Y claro! Cómo los hinchas no irían a olvidarse de todo y de todos, hasta de ellos mismos”, se dice maravillado
Pero no es solamente aquello, que por cierto es bastante, lo que él va haciendo: él va creando, desde su inocencia, otra realidad (que desborda). Una realidad jamás vista o jamás pensada en una cancha de fútbol, comunicada como un continuo e incesante brotar de símbolos futboleros: bicicletas, taquitos, sombreros, caños, voleas, chilenas, rabonas y palomitas. En definitiva, un sin fin único de creaciones simultaneas como un código secreto que él desplegaría a la vista de todos, que los hinchas y los otros jugadores siempre habían intuido en una cancha. O tal vez era un nuevo idioma hecho de jugadas que se irían nombrando con su propio nombre, el nombre de él. Resumiendo el viejo lenguaje del fútbol en un sólo lugar, en un solo chico, en un solo tiempo para volver a expandirlo, renovado, y hacerlo aún más secreto a la vista de todos y... Las multitudes flotando con la pelota, suspendida, botando con las caricias de su pie izquierdo. Eso sentirían las multitudes, la suspensión de un tiempo que sería como estar liberados de la presión de la realidad o de la atmósfera o... Parecía muy loco todo, sería cómo un acariciar a cuarenta mil personas cada vez que él tocara la pelota o que ellas se sintieran acariciadas. Algo así debía ocurrir. Algo de aquello debería manifestarse en las sensaciones pero para él, siempre todo, era mucho más.


¿Por qué aquella idea no sería un principio de descubrirse y descubrir lo que les pasaría a los otros con él, cuándo lo veían jugar? ¿Aquella afirmación futbolera de un chico haciendo jueguito en medio de una cancha no debería ser una señal más del BARBA, qué siempre lo estaba sorprendiendo?.


“Es como si me hubieran tirado una especie de pase o centro celestial que yo paré con el pecho, justo del lado del corazón, y todo esto me pasa a mí, que tengo un solo pantalón Oxford de corderoy turquesa para todo el año, un único par de zapatos con plataformas, un rancho en el sur, sin muchas pretensiones y sin grandes palabras. Sólo lo que estoy por decir ante esta cámara de televisión, cuando se me aparece ese partido extraño, y veo al pase del Negro, que no me llega”, se dice como repasando mentalmente todo antes de responder.


Pero él es, en ese momento, uno más entre millones en Buenos Aires; y nadie le va a creer lo que le pasa, como tampoco nadie podía creer lo que él iba haciendo en una canchita de fútbol. Porque de todo aquello, lo increíble, lo inverosímil eran las realidades que se iban transformando lenta e inexorablemente en irrealidades, para un chico como era él. Y él se sentía el fútbol, y eso lo hacía trascender en campeonatos de barrio o los Evita, picaditos entre amigos, jugando con una papa, un pedazo de trapo, un bollo de papel, una goma, una botella o un cascote o jugaría con todo lo que había en el mundo que se pareciera a algo esférico o que él mismo, en persona, transformaría en esfera. Sí, tal vez sería eso. Él podía, en su alquimia increíble, transformar todo en algo redondo, creando de esta manera un mundo. Todo estaba teñido de aquel hálito que él intuía, y que cada día agradecía, en secreto, al BARBA (y que otra explicación podría darse para sí mismo, sino esa, y, además, era lo único que necesitaba).


“Tengo tiempo todavía, tengo el tiempo necesario para ir pensando en todo esto”, se dice para sí.
Ahora, recién ahora, que esta pelota tarda más que cualquier otra, se da cuenta de que él siempre estuvo en otro tiempo, que él vive enteramente en una dimensión infantil del tiempo o del juego. Él, mide el tiempo según las posibilidades infinitas del fútbol, como pulsaciones o gambetas. Sí, el tiempo está medido por su fantaseo incesante de crear, y de ver jugadas continuas y sucesivas. Mientras hace otra cosa o los deberes, los mandados o arma barriletes con su amigo el Negro... e implacablemente jugar al fútbol, y a él esa inmersión en otro tiempo, le posibilita tener una dimensión del fútbol y del mundo, impensadas. Como si él pudiera adelantarse a los pensamientos y a las condiciones físicas de sus oponentes en el juego, como un adivino de los movimientos, y dibujara otros, otros movimientos impensados en un tiempo doble o triple: el de todos, el de él, y el del BARBA, o vaya uno a saber qué. DIOS, infinitamente, lo ha provisto de ese brillo en los ojos que obnubila, candidez digna de ser llevada al estremecimiento, y es la que ahora exhala con su mirada antes de responder a la pregunta del periodista, que se le había aparecido, así, de improviso después de un partido. Sorprendiéndolo. Y la cámara.
Pero lo que más lo fortalecía a él, era esa sensación de ser invulnerable, casi impune con la pelota en sus pies, con su presencia en una pasión irresistible, abrasadora, en un campo de juego. Con su estampa inconfundible de contorciones que emanaban ese magnetismo innato ante el fútbol, que lo buscaba a él: cuantas veces se quedó pensando, de cara al cielo, con un pastito en la boca, repasando jugadas, y no entendiendo cómo la pelota lo buscaba con esa lealtad de mascota, de sombra o de satélite. No había tiempo. El tiempo para él estaba reñido al de un pensamiento común, como el de ese mundo de ojos que lo sigue mirando; piensa (siente) que son millones mirándolo, que siempre fue uno más dentro de esos millones de millones, y que ahora todos aquellos boquiabiertos no le sacan lo ojos de encima, mientras espera el pase del Negro. De repente quiso borrar esa visión apabullante. Pero él se ríe de todo eso, (que mejor respuesta que ésa, podía dar) y a ahí mismo saca la lengua, como una proa, o su mejor morisqueta de pibe marginal de un barrio del sur del Gran Buenos Aires, y se acuerda del Puente Alsina que sobre él había ejercido tanta fascinación.


“¡Pero qué tiene que hacer Puente Alsina acá en medio de este partido detenido!”, exclama . ( continuará)


Fuente de Datos del libro“Yo Soy El Diego” (de la Gente), Editroial Planeta.

Cuento del libro De volea y al ángulo. Año 2005.

A Diego Armando Maradona (el Pelusa) y a todos los hinchas del fútbol, en especial a los argentinos.
A Víctor Hugo Morales y a su Barrilete Cósmico.
A Cortázar y a su Perseguidor.

sábado, 24 de mayo de 2008

Nos escribió un hincha de Lanús

En relación al partido amistoso que Talleres disputará con su eterno rival el miercóles 11 de Junio en cancha de Lanús, un anónimo hincha de Lanús nos dice...

"AHORA VIENEN A PEDIR UNA MANO CUANDO VIVIERON TODA SU VIDA CON INVIDIA Y INSULTANDO AL GRANATE... Y CON VELEZ QUE PASO, LOS DEJO DE GARPE... ME DA BRONCA LOCO, TODA SU VIDA BARDEANDO Y AHORA NOSOTROS LES TENEMOS QUE DAR UNA MANO... PERO BUENO...ES UN GESTO DE GRANDEZA, COMO NO LO ES PUTEAR SIN SENTIDO COMO LO HACEN USTEDESUN SALUDO DEL MAS GRANDE DEL SUR

AGUANTE EL GRANA"


Desde www.talleresdeescalada.blogspot.com argumentamos una respuesta, sin entrar en polémicas: no se trata ni de "envidia", ni de "resentimiento" simplemente señalamos dos hechos históricos y puntuales, que quizás la mayoría de los simpatizantes , de ambos clubes,conocen parcialmente, o desconocen por completo.
Comprender la historia, nos permite dar cuenta en su verdadera dimensión del presente institucional de las dos instituciones, que sin embargo , no implica otras eventualidades, relacionadas a la vida interna de cada club.

Nos dice que la vecina institución , nos da una mano, que él considera un gesto de grandeza.

Nosotros nos preguntamos si “esta mano que nos dan”, es similar a la que el Estado Nacional le dió a Lanús, como lo indica una página del club granate (http://lanus.com.ar/fr_historia.asp?pagina=3) “ En 1975, bajo la presidencia de Lorenzo D’Angelo, el club recibe de parte del estado nacional la cesión gratuita de 107.000 m2 mediante la promulgación de la Ley 20.846. En esas tierras, Lanús forja su grandeza institucional.”

Quizás , “este gesto de grandeza”, sea equivalente al que realizó el Ex Intendente, Manuel Quindimil, cuando a principios de la década del 90 autorizó la Instalación de un “Salón de juegos”( Un Bingo), dentro de los límites del municipio de Lanús, y por medio de una ordenanza municipal, derivó un porcentaje de las ganancias del Bingo a dos Instituciones del municipio; Un Hospital , y el Club Lanús.

¿Racionalmente, podremos comparar los favores prestados por el Estado ( sea su versión Nacional, o su Versión Municipal), con la organización de UN PARTIDO AMISTOSO DE FÚTBOL? No se trata de “Envidia”, como nos dice el simpatizante de Lanús; simplemente señalamos las “verdaderas manos” que a veces, los gobiernos de turno les dan a determinados clubes.

Entonces, nos preguntamos ¿ Quién le da una mano a quién?

Po último, quisiéramos saber, que piensan el resto de los simpatizantes, sean granates o albirrojos.... si nos quieren contar, dejamos un correo.

talleresdeescalada@yahoo.com.ar

jueves, 22 de mayo de 2008

Talleres - Lanús

Extraído de www.catalleresre.com.ar

Se confirmó la organización del partido entre Talleres y Lanús. La Copa Amistad se disputara el miércoles 11 de Junio desde las 21 horas, en Arias y Guidi. Diego Maradona comprometió su presencia y jugara un tiempo para cada equipo. Organiza el Municipio de Lanús.

miércoles, 21 de mayo de 2008

http://www.talleresbasquet.com.ar/


Nos llena de satisfacción la noticia de una nueva página de Talleres en Internet.
En este caso, es http://www.talleresbasquet.com.ar/ , con todo lo referido a la actualidad del Básquet en el club, actividad que lleva más de 60 años.

Quienes hacemos http://www.talleresdeescalada.blogspot.com/ , le deseamos lo mejor a todos los que colaboran para que el básquet sea una realidad viva en Talleres.
Apoyemos al equipo !!!


Dejamos una imagen Histórica, de los primeros representativos de Talleres, en lo que respecta a un equipo de Básquet de la Institución. La foto , apareció en la Revista "El Gráfico " del 12 de Agosto de 1938.
De fondo, la tribuna de madera...

sábado, 17 de mayo de 2008

Jugadores de Talleres que fueron tapa de "El Gráfico" : Antonio Arrigó


Antonio Arrigó, fue jugador de Talleres entre 1940 y 1944.
En ese período, jugó 106 partidos. Su puesto , casi invariablemente, fué el de Back Izquierdo.
Carlos Wilson, durante 1940 y 1941, y Antonio Biniez, en 1942, 1943 y 1944, fueron sus compañeros de zaga central, hasta que pasó a Independiente, equipo en el que estuvo en 154 partidos entre 1944 y 1952.
Como siempre, agradecemos la colaboración del historiador brasileño Felipe Soutinho, que nos cedió gentilemente los artículos aparecidos en "La Cancha" y "Los Diablos Rojos".
TALLERES, RECUERDOS

"...De ese mi primer club tengo toda la emoción de mis primeros años por el fútbol. Ahí están las primeras felicitaciones que mi padre, sin expresármelas concretamente, me las hacía llegar, después de todos los partidos, cuando mezclado con otros padres seguía mi actuación. Según él, jamás me veía jugar, pero yo sabía que él estaba allí siempre. ¡Qué bueno y comprensivo fue en esos primeros años de jugador! Lo sigue siendo, pero ya más despreocupado. No vela por mi porvenir en la forma que lo hacía antes. Ahora soy todo un hombre hecho y derecho, por lo tanto debo ser yo quien cuide de mi modesto prestigio.
Cuando fui a Talleres, lo hice con todo gusto. Era ese club la continuación de mi barriada. Estaban allí los mismos amigos, los mismos afectos.
Tuve una variante. En Talleres me alisté de half. Sólo fue una temporada. Volví nuevamente a mi puesto de siempre. Back..."

LAS PRIMERAS TENTACIONES

"...Se decía por entonces que Talleres tenía la mejor defensa de todos los equipos que actuaban en la segunda división de ascenso. En realidad, habíamos logrado una mútua comprensión entre todos los muchachos, y jugábamos con tanta confianza que las performances que realizábamos nos dejaban siempre una enorme satisfacción.

Tal vez por ello que mis oídos empezaron a percibir ofertas tentadoras. Brillaba ante mis ojos todo el esplendor del porvenir que se me pintaba. No había vacilación en mi respuesta. Seguiré en Talleres, mientras este club me crea necesario. No tenía ninguna prisa por llegar a donde habían llegado otros muchachos con quienes habíamos compartido, en más de una vez, la inquietud de un horizonte más amplio. Soy de una sensibilidad extraordinaria. Me entrego íntegro. Por eso Talleres siguió siendo la continuación de los años infantiles..."

UNA LEGÍTIMA ASPIRACIÓN

- ¿Pero es que pensaba quedarse siempre en Talleres?

- Yo pensaba en estas reflexiones y, aceptando que tenía que alejarme de Talleres algún día, ¿a donde dirigiria mis pasos? Usted sabe que nosotros en la mayoría de las veces no vamos a donde deseamos, sino a donde nos empujan las circunstancias. Pero, pensando en ese fatalismo de tener de alejarme, ¿a donde iría? ¿Lo haría a donde yo soñaba...?

INDEPENDIENTE LO SOLICITA

"... Estábamos por finalizar la temporada del año anterior (1944) y una noche recibí una noticia que tenía la fuerza de una bomba. “Independiente ha hecho gestiones por tu pase” –se me dijo-. Quedé atónito. No respondí de inmediato y luego, pasados los instantes de sorpresa, inquirí: “¿Y qué dijo el club? ¿Se me daría el pase?” “Es cuestión de arreglar. Primero se te pedirá tu consentimiento, pero puedo asegurarte que Talleres, por ningún motivo, levantará obstáculos contra tu porvenir”. Cabizbajo regresé a mi casa. No comí aquella noche. Mi padre al notar la preocupación que dominaba, me llevó aparte, como para que no se enterara mi madre, pues suponía que el problema mío sería una “cosa de hombres”.

Fui parco en mis palabras. Le dije lo que se me había menifestado. Me contempló un instante y luego, paternalmente, como para darme valor, me expresó: “Vamos, muchacho, yo creí que se trataba de algo más serio, aun cuando este asunto tiene toda su gravedad. Es el umbral de tu porvenir. ¿Qué pensás hacer?”

- No sé, papá. ¡Quiero tanto a Talleres!...

- Esa es la vida, hijo mío. No todo puede resolverse en ella a puro golpe de corazón. También tendrás que alejarte algún día de nuestro lado, cuando formes tu hogar y por ello el mundo no se vendrá abajo. Esa es la realidad. Además se que tú lo quieres a Independiente y que alguna vez en tus cavilaciones has deseado jugar por ese club. ¿No es cierto?

- No es el caso por quien voy a jugar, padre. Usted sabe que ese ha sido un sueño en vida. Es por los que voy a dejar...

- Vamos, ánimo muchacho. Es tu propio porvenir que reclama esa decisión tuya y estoy seguro que los propios muchachos de Talleres te verán partir con alegría, porque envían a un club grande parte de ellos mismos. Es el destino de las instituciones chicas, y ya dirán si la suerte te acompaña: “Arrigo fue jugador de Talleres”. Ese es el único consuelo que les queda.

Ese diálogo con mi padre permanece fiel en mi memoria. No lo olvidaré nunca. Fue lo que me decidió a “enfrentar” a mis amigos para decirles: “estoy gustoso de jugar por Independiente”.
Se arregló el pase y ahora estoy en el tercer club para quien derrocho mis energías con el mismo cariño con que lo hacía en Burzaco y luego en Talleres.

SERENO Y SEGURO

Y repito, a los hombres serenos, cautelosos, dueños de sus propias posibilidades, que saben controlar sus impulsos, les está reservado el lugar prominente de los triunfadores.
Antonio Arrigo es un ejemplo viviente de este concepto. No cayó en la tentación apresurada. Supo esperar hasta que su destino, el destino que él estaba laborando, le indicara el momento oportuno para escalar la gloria. Y lo ha hecho con paso seguro sin un temor remoto al retroceso. Por eso está firme entre los cracks de nuestro fútbol.

(revista “Independiente – Los Diablos Rojos de Avellaneda” – nº 21 – 25 de octubre de 1945)
¿LLEGARÉ TAMBIÉN YO, COMO ÉL?...

En el mismo puesto y en el mismo club, Arrigo sueña con seguir la trayectoria de Salomón
Se había quedado prendado cuando vi jugar en la zaga a Salomón. El apenas si era un purrete y ya hacía escarceos en la zaga de cualquier club del barrio. Después pasaron cosas... Salomón se fue; también Máspero; y los de Talleres buscaron reemplazantes entre el piberío del club. Primero jugó en la cuarta, después en la especial y un día pegó el salto, ganó la segunda. Antonio Arrigo, en el extremo izquierdo de la zaga “tallarín” está dando que hablar, y tanto...

– ¿Lo vio jugar a Arrigo? ¿Y a Salomón? No se los pierda... Y después dígame si estuvieran juntos... ¡Qué pareja!...

Maduraron al calor en el mismo nido y ahora, a la distancia, su sangre, su estilo, su garra, demuestra palpablemente que salieron de la misma pichonera. Arrigo, que hoy es confianza, pilar y puntal de la segunda de ascenso, tiene una calidad de primera. Ese quite de los pies del contrario, la chilena que quiebra un gol y ese señorío en la zaga recuerdan al otro que se fue. Los de Talleres que saben que es bueno ya empiezan a temer. Los hinchas, naturalmente... ¿Qué temen? Pues, ¡qué alguien quiera formar la pareja!...

(La Cancha – nº 749 – 30 de setiembre de 1942)

martes, 13 de mayo de 2008

Primer victoria profesional



La primer fecha del torneo de 1931, fue disputada una tarde lluviosa y fría de Domingo. El clásico de Avellaneda, por ejemplo, recién se jugó el año siguiente. Boca, el último campeón amateur, empató 0 a 0 con Chacarita.
Por su parte Talleres, luego de su excelente campaña de 1930, en la que había finalizado cuarto en un torneo en el que intervinieron 36 equipos ( lo que motivó la correcta decisión de parte de la comisión directiva encabezada por Lorenzo Lainatti, de incluir a Talleres entre aquellos afiliados a la nueva liga profesional), caía derrotado en La Plata por 3 a 0 frente a Estudiantes.
Para la disputa de la segunda fecha , que se disputó entre semana, Talleres recibió el Jueves 4 de Junio en Timote y Castro a San Lorenzo, logrando extender el invicto que ostentaba sobre el equipo de Boedo, ya que lo derrotó 3 a 1 en Remedios de Escalada.

San Lorenzo sólo había vencido al recientemente ascendido Talleres en 1926, cuando por la disputa de la fecha 25, jugada el 14 de Noviembre de 1926, venció en Escalada a Talleres por 2 a 0.
En 1927, año en que San Lorenzo se consagraría campeón, empatan en 0 en Escalada, el 14 de Agosto de 1927, por la fecha 21.
Por el Campeonato de 1928, Talleres vence como local 3 a 1 a su similar azulgrana, el 9 de Diciembre de ese año, en la fecha 25. No se enfrentan en 1929, y en 1930, vuelven a empatar, esta vez 2 a 2, cuando jugaron en Escalada el 6 de Abril de 1930, por la tercera fecha.

Por la disputa de la segunda fecha del torneo profesional de 1931, Talleres vence 3 a 1 al conjunto de Boedo, en Remedios de Escalada. Así lo contó el Diario “El Mundo”, en su edición del 5 de Junio de 1931.


La delantera de Talleres arrolló la defensa de San Lorenzo de Almagro y así lo venció por tres tantos a uno.

El triunfo obtenido por Talleres fue el producto de numerosas acciones, elaboradas por una línea delantera cuyos hombres tesoneros y entusiastas arrollaron por completo la labor de la defensa visitante.


Lentos en sus jugadas pero de fuerte y certero shot ejecutado de distintas direcciones, restó toda posibilidad de defensa a Lema, siendo su labor sumamente ardua.Uno de los factores que contribuyó a aumentar la derrota de San Lorenzo, fue su línea delantera: en ningún momento llegaron sus hombres a entenderse y el abuso de las combinaciones contribuyó para que la pareja de zagueros local desbaratara con acierto toda tentativa de ataque.

Lamanna inició el juego, cediendo la pelota a Zubizarreta, y éste avanzó resueltamente hacia el arco, pero intervino Fossa y alejó el peligro.
Corrían diez minutos cuando Corsetti, cerca del área peligrosa, incurrió en hands intencional, que le costó la primera caída de su valla. El tiro libre, ejecutado por D’abatte, fue hecho con tal acierto que Lombardi, bien colocado ensayó un fuerte tiro alto y cruzado, y la pelota se introdujo en la red.
A los 27 minutos, Talleres obtuvo su segundo gol, de resultas de un avance encabezado por Lombarda, el que después de burlar la vigilancia de la defensa cedió la pelota a Lamanna, cuyo tiro cruzado y alto tomado a la carrera, traspuso la línea del gol violentamente.
Reanudado el juego, cuando habían transcurrido 8 minutos, los visitantes consiguieron aminorar la ventaja por medio de García, al recibir un pase de Pérez, cuyo shot alto frustró la salida de Bosio.
Como las acciones se tornaron un tanto recias, a los 25 minutos, el referre reunió a los capitanes en el centro del field, llamándoles la atención bajo apercibimiento de dar por terminado el encuentro si reincidían en el juego violento.
Los locales alos 33 minutos volvieron a obtener su tercer gol a raíz de una mala jugada de Fossa, oportunidad que aprovechó Lamanna para ejecutar un potente tiro alto y cruzado.
Los últimos minutos no llamaron la atención del público, pues éste comenzaba a abandonar las instalaciones comentando el desacierto de los visitantes


Fecha 2°: 4 de Junio.

Talleres: 3 - San Lorenzo: 1

Talleres: Bosio; Wilson y Ravizza; Donadi, Sirio y Madero; V. Martinez, Lombardi, Lamanna, Zubizarreta y D'Abate.

San Lorenzo: Lema; O'Alessandro y Fossa; Corsetti, Glosas y Rizzi; A. Pérez, Rivas, O. Luppo, O. García y Arrieta.

Goles: PT: 12 Lombardi; 28 Lamanna. ST: 8 García; 33 Lamanna.
Juez: Macías
Produjo: $ 1.413

sábado, 10 de mayo de 2008

Desde Escocia: Fernando Screpis

Finalizamos con la palabras que nos envió Fernando Screpis: no nos quedan dudas que le guarda un gran cariño a la institución, y a nosotros, los hinchas.
Como no queríamos poner una foto de Screpis con los colores del Hearts ( aunque no tenemos nada contra ese club), dejamos un acceso directo para que puedan ver algunos goles que Fernando marcara, en su paso por distintos clubes.
En otro posteo, subiremos los números de su campaña en Talleres.
Le agradecemos a todos los que nos escribieron , para pedir que publiquemos de una sola vez, todo lo que el zurdo volante nos mandara...y por supuesto también a Fernando

¡¡¡ Gracias , Campeón !!!


....Ah otro momento y dejame decirte que fue el mejor para mí , y mira lo que es que no fue jugando para Talleres, fue en la cancha de Defensores, cuando por desgracia y por cosas del futbol , enfrenté y le hice un gol a mi querido Talleres .

Mira te lo escribo y se me pone la piel de gallina , y no exajero eh, despues del gol me acuerdo que no lo grité, obvio, solo atiné a darme vuelta y pedir perdón y el aplauso que bajó desde la tribuna fue el momento mas emotivo y hermoso que me dejó una cancha de futbol , por eso como no voy a querer a ese club y esa gente que en tan sólo un año me trató tan bien y me demostró todo su amor.
Otra de las personas que voy a estar siempre agradecido es al Negro D'angelo que confió en mí y me dio la posibilidad de jugar y tener una continuidad que siempre busqué.

Bueno Ariel, si tengo que empezar a decir la gente que me ayudó y me dió su apoyo no me alcanzaría un mail pero bueno, sólo te puedo decir que es mucha y que siempre voy a querer a esa querida institucion ya que fue muy importante en mi carrera y me dejó marcado el cariño de la gente maravillosa que tienen ,por eso el dia de mañana me gustaría volver a vestir la camiseta y volver a besarme la misma después de cada gol . Espero que haya ayudado con lo que me pediste ...

abrazo loco y lo que necesites acá estoy, desde Escocia Fernando Screpis.

http://youtube.com/watch?v=NQMBDAXDSz0

martes, 6 de mayo de 2008

La obra más completa: TALLERES DE PRIMERA

Es una satisfación enorme para quienes hacemos www.talleresdeescalada.blogspot.com , presentar un trabajo sumamente completo como éste. En un esfuerzo conjunto con Diego Mochetti, responsable de www.catalleresre.com.ar desarrollaremos toda la campaña profesional del Club Atlético Talleres, durante su paso por la máxima categoría profesional del Fútbol Argentino.

Es decir, de 1931 a 1938.

Incluiremos las síntesis COMPLETAS, de todos los encuentros disputados por el once Albirrojo, además de ofrecer comentarios de partidos en los que Talleres tuvo destacadas actuaciones.Le agradecemos a Diego Mochetti, la cesión de TODAS las síntesis de los partidos. De nuestra parte, agregamos los artículos aparecidos en los diarios, además de algunos comentarios que publicaremos oportunamente.

Desde www.talleresdeescalada.blogspot.com, estimulamos a todos ustedes, a que guarden este material histórico imperdible, y que creemos que de otra manera, sería muy difícil ponerlo al alcance del pueblo de Talleres.

Que lo disfruten...

EL FUTBOL SE PROFESIONALlZA.

La situación que imperaba en el fútbol argentino al finalizar la década del 20, era insostenible. Por una parte, los futbolistas deseaban legalizar las condiciones en que prestaban servicios a las diferentes instituciones, ya que hasta entonces y desde muchos años atrás, se practicaba el profesionalismo encubierto, lo que no constituía un secreto para nadie.

Para reafirmar el deseo de obtener la declaración del profesionalismo, se declararon en huelga el 10 de abril de 1931. Por otro lado, era por demás irregular la forma en que se desarrollaban los campeona- tos de primera división, en los que participaba la exorbitante cantidad de 36 equipos, que disputaban certámenes de una duración tan extraordinariamente prolongada, que generalmente finalizaban en los meses de marzo o abril del año siguiente.

Todo ello con merma no solo de la calidad de los espectáculos, sino también de las recaudaciones, porque muchos de los equipos intervinientes aparecían con las mínimas condiciones deportivas y económicas que la importancia del principal torneo requería. Era común al entrar el mes de febrero, que se procediera a suspender el campeonato, para reanudarlo luego de las fiestas de Carnaval.

Es fácil imaginar las condiciones lamentables en que se desarrollaban esas competiciones, especialmente en la época veraniega, tan impropia para manifestaciones de este tipo. Precisamente, al disputarse una fecha el 1 de marzo de 1931 (correspondiente al torneo del año anterior), se produjo en el partido Gimnasia y Esgrima - Sportivo Barracas, disputado con una temperatura superior a los 38 grados, el fallecimiento de un futbolista de apellido Arispe, víctima de una insolación.

Era indudable que la depuración que el fútbol estaba necesitando, llegaría con el profesionalismo, ya que éste traería nuevas exigencias que muchas entidades no estarían en condiciones de afrontar. No extrañó entonces ver enfrentados a los dirigentes de los clubes, que divididos en dos bandos, provocaron una nueva escisión (la tercera que ocurría en el fútbol argentino), lo que contribuyó a encontrar una solución.

Esta llegó el 11 de mayo, en que al producirse la división, quedaron constituidas: la Liga Argentina de Football, en la que se agrupaban las 18 entidades que pocos días después comenzarían el primer campeonato profesional, por una parte, y la Asociación Amateur, formada con los clubes de segundo orden que se oponían a la división.


LOS SOCIOS QUE TENIA CADA CLUB AL COMENZAR EL PROFESIONALlSMO

Es interesante dar el número de asociados que poseían los clubes que pasaron a formar parte de la Liga Argentina de Football al disputarse el primer campeonato profesional.

RIVER PLATE 14.900
SAN LORENZO 14.300
BOCA JUNIORS 8.500
ESTUDIANTES 6.500
RACING 6.400
INDEPENDIENTE 5.400
GIMNASIA y ESGRIMA 4.800
HURACAN 2.000
LANUS 2.000
F.C. OESTE 1.800
ATLANTA 1.400
CHACARITA JUNIORS 1.300
PLATENSE: 1.300
VELEZ SARSFIELD 1.300
QUILMES 1.100
TALLERES 1.100
TIGRE 800
ARGENTINOS JUNIORS 700

El Primer partido profesional



El Diario "El Mundo", publicó el Lunes 1 de Junio de 1931, el siguiente comentario del encuentro que Talleres perdió 3 a 0 frente a Estudiantes en La Plata, disputado el Domingo 31 de Junio de 1931.
Vale destacar la figura de Ángel Bosio, ya que la noticia para el desaparecido periódico, es que el arquero de Talleres y de la Selección Nacional, es vencido "tres veces".
Por otra parte , la delantera de Estudiantes , sería la más efectiva del certamen, al convertir 104 goles, lo que le valió a la entidad de La Plata, finalizar tercero en el torneo, y convertirse ,hasta la actualidad, en el único equipo denominado "chico",en superar la barrera de los 100 tantos en un Campeonato.


Los forwards de Estudiantes de La Plata vencieron tres veces a Bosio

Talleres fue aventajado en el primer período y aunque luego mantuvo el ataque no pudo descontar.

En la Plata ante numeroso público, sostuvieron su primer encuentro oficial, por la disputa del campeonato auspiciado por la Liga Argentina de Football, el equipo de Estudiantes y el de Talleres.
La contienda, originada por estos conjuntos, fue en todo momento interesante, siendo matizada constantemente por alternativas agradables, consecuencia del entusiasmo y homogeneidad con que actuaron los equipos.
El juego desarrollado tuvo características distintas en los dos períodos. Mientras en el primer tiempo correspondió el dominio a los locales, en el segundo actuaron en la ofensiva los visitantes, conquistando el triunfo Estudiantes de La Plata, por 3 tantos a 0, merced al mejor desempeño de sus delanteros.

Zozaya a los cuatro minutos abre el score.

En el primer período, al cumplirse 4 minutos, Zozaya recibió un pase de Scopelli, y luego de correrse entre los zagueros, con un potente tiro venció a Bosio.
A los 32 minutos, Lauri remató un pase de Zozaya con un shot que significó el segundo gol para su equipo.

Scopelli marcó el tercer tanto

En el segundo half time, a los 35 minutos, Scopelli luego de eludir a cuanto adversario le salió al encuentro, consiguió el tercer y último tanto del partido.
Faltando 10 minutos para la finalización del macht, el jugador Viola protestó al árbitro, al no penar éste una infracción de un contrario, por lo que el juez le ordenó que abandonara el campo de juego: y cuando se disponía a cumplirlo, a solicitud de Bosio, el referre, revocó su decisión.
En el resto del partido, no se produjeron otras incidencias dignas de ser mencionadas.
Fecha 1°: 31 de Mayo.

Estudiantes: 3 - Talleres: 0.

Estudiantes: Scandone; Nery y R. Rodríguez; Viola, Pérez Escalá y Raúl Sbarra; Lauri, Scopelli, Zozaya, Ferreira y Guaita.
Talleres: Bosio; Wilson y Ravizza; Lombardi, Sirio y Madero; Monti, Zubizarreta, Lamanna, A. Díaz y D'Abate.
Goles: PT: 5 Zozaya; 32 Lauri. ST: 34 Scopelli.
Juez: Neme.
Produjo: $ 2.528.

sábado, 3 de mayo de 2008

Desde Escocia: Fernando Screpis


...Un párrafo aparte, para lo que para mí y creo que para todo el grupo, fue un apoyo incondicional por parte de ustedes, los hinchas.

Mira otra anécdota, el primer partido que jugamos de local con Central Córdoba de Rosario , yo no puede jugar porque todavia no estaba habilitado y me acuerdo que estaba en el vestuario cuando nos llaman a Cacho, Fito , Lino, el Pirata y yo, no entendía porque a mí pero bueno, fui.

Estaba esperándonos "el ciego", un fenómeno, y me acuerdo que nos dijo algo de lo que al final me di cuenta que tenía razón, nos dijo muchachos yo vengo hablar en lugar de toda la hinchada y les quiero decir que si ustedes juegan con el corazón, nunca nadie los va a putear , nosotros somos 200 de la banda que vamos a todos lados y siempre los vamos a alentar y lo único que les pedimos es que el último partido, nos regalen las camisetas, nada más ,no queremos plata ni nada, solo jueguen con el corazon y asi fue.


Nunca había vivido algo así ,nunca un problema, nunca nos apretaron: al contrario siempre que veía a algun hincha en el club los dias de entrenamiento, siempre te hablaban bien y te alentaban, y se cumplió tal cual él nos había dicho en ese momento, en cada partido ahi estaban , gritando , apoyando y dejando la vida en la tribuna , fue como que éramos un equipo, ustedes y nosotros tirando para el mismo lado y así se logró llegar hasta donde llegamos:


Dejame decirte que recuerdo muchos partidos donde fue impresionante lo de ustedes, All Boys allá ,Morón en su cancha, Temperley, en Lanús de local y en la cancha de ellos que tuve la suerte de sentir lo que es hacerle un gol a esos amargos y ver la cara de felicidad de los hinchas cuando me acerquá a ese alambrado a gritarlo con alma y vida, ya que fue el empate hasta ese momento , nunca me voy a arrepentir y dejame decirte que fue algo que lo dije, dije que la única camiseta que besaba en argentina era la de Talleres que había sido el club que me había dado la posibilidad de mostrame y sentirme muy cómodo y querido en un lugar...
( Continuará)

viernes, 2 de mayo de 2008

Una foto, desde el lugar más lejos


Pablo Blanco, debe ser el hincha de Talleres que se encuentra más alejado de Remedios de Escalada.
Tampoco tenemos noticias de algún tallarín corriendo pinguinos por la Antartida, ni de un ocasional habitante de la Luna que quiera estos colores...
En fin, resulta increíble que una persona que haya dejado el barrio hace más de treinta años, todavía recuerde con tanto cariño al club, además de que Talleres tenga una presencia tan fuerte en su vida, al menos como "Skipy", lo testimonia cada vez que escribe en el foro.
Esta foto corresponde a los recuerdos que lo acompañan en Australia
Por eso, desde acá le mandamos un fuerte abrazo, y que sepa que cada vez que Talleres juega, él está presente...