Esta no es la historia de Talleres.
Sólo un humilde homenaje a los que pusieron el club en el andador futbolístico. La historia del Club Atlético Talleres, es demasiada rica en acontecimientos, hechos, luchas sinsabores y alegrías como para poder reflejarlo en una sola página.
Tiene tan sólo un poder evocador de los tres hitos más importantes del historial albirrojo: su fundación, su primer halago y la gran jornada histórica del 25.
Hoy, a cuarenta y cinco años de aquella jornada, El Carril, vibrando con su pueblo rinde con este número extraordinario un homenaje a todos los hombres, sin excepción que escribieron de una u otra forma el historial del Club Atlético Talleres.
Sólo un humilde homenaje a los que pusieron el club en el andador futbolístico. La historia del Club Atlético Talleres, es demasiada rica en acontecimientos, hechos, luchas sinsabores y alegrías como para poder reflejarlo en una sola página.
Tiene tan sólo un poder evocador de los tres hitos más importantes del historial albirrojo: su fundación, su primer halago y la gran jornada histórica del 25.
Hoy, a cuarenta y cinco años de aquella jornada, El Carril, vibrando con su pueblo rinde con este número extraordinario un homenaje a todos los hombres, sin excepción que escribieron de una u otra forma el historial del Club Atlético Talleres.
Ulises Marcelo Méndez
"Sobre el crepúsculo de la tarde queda en cancha de Arsenal el eco de la épica jornada vivida.
La caravana triunfante ha partido, llevándose sus gritos y sus banderas de triunfo desplegadas al viento, hacia Remedios de Escalada, el punto de la cita donde habrá de pasearse el título y gritar el triunfo.
Mientras la ciudad de Quilmes guardaba luto futbolístico ante el fracaso de su crédito lugareño. Escalada era la capital de la alegría popular del fútol. Largas caravanas de coches, de comparsas, de manifestantes, iban hacia el punto obligado del día; la sede del club Talleres. Gente a pie, en camiones, en autos lujosos, cachivaches con ruedas, buscando todos los caminos que conducen a Timote y Rosales.
Y las caravanas se vuelcan desde Sarandí, desde Avellaneda, desde Lanús, desde Banfield y desde todos los lugares donde el grito de ¡ Talleres CAMPEÓN!, impacta primero y los moviliza después. Y llegan con sus banderas, sus estribillos, sus trofeos y sus paraguas pintados de rojo y blanco. Sus gritos, sus elementos de ruido y su enorme entusiasmo que ya está al borde de la locura carnavalesca.
Y comienza la fiesta…¡ y que fiesta!...hay gente que se tira a la pileta de natación con la ropa de calle. Son cientos los que lo hacen. Estamos en el paroxismo: se canta, se baila, se juega, se abraza , se llora…todos los estados emocionales tienen su válvula de escape. Luego se reciben a los muchachos triunfadores.
Se los pasea en andas por la pista de atletismo, por el club, por la calle…
Y aquí alcanza su punto máximo la fiesta que ya tiene carácter de única en la historia del pueblo.
El Carril, Sábado 9 de Enero de 1971
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